QUEIPO F. TIMANÁ V.
Comprendo que las situaciones y circunstancias en que nos llega esta navidad, llenas de sufrimientos y limitaciones, son más difíciles que otras que hemos celebrado en tiempos anteriores.
Para los creyentes y que tenemos fe, el ejemplo del nacimiento del niño Dios, en el más humilde de los pesebres, es la enseñanza de que todo un Dios “rey de reyes” no escogió el más espléndido palacio para nacer, si no el más humilde lugar para traer el mensaje de la redención y la esperanza para toda la humanidad.
Recuerdo un refrán que nuestra madre María Ascensión Velásquez Díaz, nos lo repetía a sus 4 hijos: “Tener casa no es riqueza, pero no tenerla si es una gran pobreza”; es una enseñanza que la aprendimos y la aplicamos en nuestra vida profesional todos sus hijos, valoramos lo que representa ese entrañable lugar para todos y para cada uno en particular, sin importar lo lujoso o sencillo que sea dicho espacio, sea grande o pequeño, sea de ladrillo y cemento, o sea de adobe, bahareque, tablas o plástico, para cada quien esa es su casa y esa casa es su castillo. Advierto que en Colombia no debería existir gente viviendo en tugurios si se hubiese educado a toda la gente, porque siendo conscientes de su dignidad, sabrían cuándo se tienen las condiciones para poderse casar, con quien conformar hogar y poder asumir la responsabilidad de tener familia, porque la educación de calidad forma a la persona para vivir una vida digna.
El procrear exige dialogar con la pareja, si se va a tener tiempo para ofrecer un cuidado de calidad al hijo que se acuerde tener, que se le pueda garantizar un servicio de salud, alimentación, recreación, higiene; la responsabilidad de procrear un ser humano difiere al nacimiento de un borrico, cuando nace este niño o niña, se le deben asegurar las condiciones mínimas correspondientes a su dignidad.
Pero volvamos al significado de nuestro espacio físico en donde se asienta nuestro hogar, no solo es donde te resguardas y obtienes abrigo, es el lugar que contiene a los tuyos y a tus cosas más valiosas, tus recuerdos, lo que deseas que esté a tu lado, lo obtenido y lo obsequiado, es el templo de tus aspiraciones y logros, es parte de tu “hogar”, según el escritor Juan David Escobar, la palabra hogar, es una bella palabra que viene del latín “focus” que significa fuego, lo que nos da calor a todos, lo que congrega, da luz y aliento para seguir.
Ese ser humano siendo niño y luego adulto, podrá viajar lejos, residir en otro país, tener nuevas amistades, pero en tiempos de navidad recordará ese lugar que fue su hogar.
Reciban mi saludo de navidad, mi agradecimiento especial para quienes leen mi columna dominical, pues en ella expreso lo que pienso y siento por ese terruño,