Luego de que el Gobierno anunciara el regreso a la presencialidad en todas las instituciones educativas del país a partir del próximo 15 de julio y, con los nuevos lineamientos planteados por el Ministerio de Salud a través de la resolución 777 de 2021 para la reactivación de varios sectores como los colegios, cientos de miles de padres de familia se cuestionan qué pasará con sus hijos con el regreso a clases de manera presencial, dado que el miedo y el temor por un posible contagio, podría darse si no se tienen los cuidados y protocolos de bioseguridad bien establecidos.
De acuerdo con cifras del Ministerio de Educación, el 85 % de las sedes educativas ya se encuentran en condiciones aptas para la reapertura y se espera que para el 15 de julio, se complete el proceso de vacunación de todos los maestros en el país.
“Alrededor de un 15 % de las instituciones requieren varias semanas para terminar los mejoramientos y acondicionar de manera adecuada todos los espacios. Los porcentajes podrían variar en cada una de las regiones, ya que en algunas instituciones, por el calendario académico, aún están en periodo de vacaciones”, explicó María Victoria Ángulo, ministra de Educación.
Sin embargo, la preocupación para los padres de familia va más allá de adecuaciones en las sedes educativas, la expectativa por el retorno de sus hijos a los colegios crece cada día, dado que los menores pueden presentar síntomas de ansiedad como miedo, temor e inquietud, pasando de una reacción normal al estrés, ocasionada por la pandemia que ya cumplió 15 meses a nivel mundial.
De acuerdo con Pablo Monsalve, magíster en Psicología Clínica, especialista en Trastornos Afectivos y Emocionales y docente del programa de Psicología de Areandina, el regreso a las clases se convierte en una experiencia nueva tanto para los padres, como para los hijos. “Cuando los niños vuelven a las aulas tienen varias ventajas, entre ellas, el retorno a los procesos de socialización, es decir, aprenden a desarrollar relaciones sanas y elegir amistades. Además, el desarrollo de habilidades de vida, solución de problemas, comunicación asertiva, tener esa sensación de pertenecer a un grupo y sentirse otra vez parte del colegio, retomar el uso de horarios, hábitos y rutinas en el colegio y en la casa”.
El especialista Monsalve señala que, si bien no todos los niños experimentan la sensación de felicidad por el regreso a las clases presenciales, existe la posibilidad de que algunos sientan temor por el contagio del COVID-19 debido a los mensajes que reciben los padres de familia de parte de los medios de comunicación.
“Algunos niños pueden desarrollar síntomas asociados a la ansiedad por la separación de sus padres, sentirán como si fuera la primera vez que van al colegio en su vida. En algunos casos, habrá dificultades en la interacción con otras personas que pueden estar asociadas con la timidez, la poca o nula participación en clases, dejan de tener amigos e incluso, demostrar pocas habilidades sociales que les impide resolver cualquier problema o sentirse menos que los demás compañeros”, explica el especialista.
Frente a este escenario, el docente Monsalve hace énfasis en que los padres deben aprender a controlar la propia preocupación por el regreso de sus hijos a la presencialidad y seguir estas recomendaciones:
Cuidar la manera de pensar: ser más realistas y reconocer las estrategias para el cuidado personal e higiene. Reconocer y recordar los esfuerzos que los planteles educativos hacen para sus hijos.
Mantener actividades diarias y relacionadas con otras personas: evitar los pensamientos negativos para no llenarse de ansiedad. Tener actividades diversas, conexión y relación con personas diferentes a la familia manteniendo el distanciamiento.
Fomentar la limpieza en casa: mantener los protocolos de bioseguridad sin llegar a la obsesión. Cuando los niños llegan del colegio, es necesario mantener el lavado de manos correcto e implementarlo como una regla de la casa, al igual que otros protocolos usados en cada familia (limpieza y desinfección de zapatos y ropa), pero sin caer en los excesos.
Buscar ayuda: asesorarse y pedir ayuda si descubren que el nivel de ansiedad les impide realizar actividades diarias, si hay dificultades con el sueño, la alimentación o si hay pensamientos negativos constantes.
Finalmente, el especialista Monsalve advierte que la comunicación con sus hijos es vital para conocer sus estados de ánimo y evitar que sus hijos caigan en estado de depresión. “Es importante validar los sentimientos de los hijos, escucharlos y estar pendientes de sus cambios de ánimo. Como padres, deben liderar el cambio, mostrar tranquilidad y ser un ejemplo de calma para ellos. Fomentar el positivismo a través de preguntas como ¿qué es lo que más extrañan del colegio?, ¿cuáles son los amigos que más les emociona ver?, etc., para que ellos puedan entender que volver al colegio tiene cosas muy positivas. Por último, resaltar y mencionarles que todos los colegios están implementando nuevas reglas y están haciendo lo posible para cuidar a cada uno de los miembros del plantel”.