Que no se nuble la esperanza

JESÚS HELÍ GIRALDO

Instructor Bach

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Esteban Mosquera, estudiante de la facultad de música de la Universidad del Cauca, ha perdido un ojo, pero no la visión, que constituye el poder que da la sabiduría y la claridad de propósitos, lo que vemos funciona gracias a lo que no vemos, la lámpara que ilumina el salón donde nos encontramos nos entrega su luz gracias a la energía invisible que llega y se manifiesta en forma de luminosidad. Claro que a Esteban Mosquera le queda un ojo y la fuerza de la razón de su lucha que es la de toda una generación. La lucha de los estudiantes por una educación pública al alcance de la mayoría de los colombianos necesita mucha visión y ésta no podrán cercenarla los enemigos del cambio o simplemente, quienes duermen en el statu quo, incapaces de salir de la zona de confort, acostumbrados a criticar y criticar la corrupción y las injusticias y falta de oportunidades y todos los etcéteras que en teoría suenan bonito pero que no pasan de ahí. Esto lo aprovechan los privilegiados de siempre y siguen durmiendo en sus laureles.

En esta posición, de sólo criticar y no buscar soluciones, nos encontramos, la mayoría de los colombianos, unos más, otros menos. Esto nos lleva a ser testigos de situaciones tan contradictorias y repetidas como las ofrecidas en cada justa electoral donde a pesar de las críticas y rechazo a la corrupción política, vuelven a incrustarse en el poder los criticados de ayer. Planteamos a través de toda la historia viviente de nuestra generación el rechazo a la violencia, a la guerra y al enfrentamiento de los grupos armados ilegales contra el gobierno, involucrando a la población civil y sobretodo, opacando la esperanza de los jóvenes que habitan las zonas de conflicto, obligándolos a participar en la lucha armada. Y, cuando se da una opción para alcanzar un acuerdo con una de las guerrillas más antiguas y numerosas, la mayoría de los colombianos responden NO al plebiscito sobre el acuerdo de paz, teniendo el gobierno que proceder a otros mecanismos cono hacerlo a través del Congreso que, gracias a la presión estudiantil y de muchos sectores de la población, vio la necesidad de escuchar el clamor general y responder abriendo las puertas a la negociación.

Todos los días hemos sido testigos del grado de corrupción al cual ha llegado gran parte de la clase política y la dirigencia del país, tanto a nivel oficial como particular. Sin embargo, se da la oportunidad de alcanzar unas reformas y sanciones significativas y cuando se ofrece la posibilidad de aprobar en un solo día los cambios, a través de la Consulta anticorrupción, tampoco ésta es apoyada y seguimos a la espera de que los mismos privilegiados se quiten los privilegios, cosa difícil de lograrse ya que muy pocos van a estar interesado en que les bajen el sueldo o les limiten sus períodos en el poder. El pedido, entonces, es a los jóvenes, para que no desmayen en la lucha y sigan con su visión proyectada hacia los cambios que Colombia necesita. Para que los padres de familia puedan confiar en que podrán educar a sus hijos y, éstos, asegurarse que recibirán la educación de calidad que la actualidad mundial requiere y que las puertas para el emprendimiento, el trabajo y la aplicación de lo aprendido, estén abiertas para que, cuando salgan de la universidad, puedan entrar por ellas y darle a Colombia lo mejor. Que no se nuble la esperanza que la juventud representa.