HAROLD MOSQUERA RIVAS
En el año 2009 el cantautor panameño Rubén Blades nos regaló un trabajo discográfico titulado País Portátil, un trabajo concebido más como un conjunto de crónicas de las vivencias propias de los barrios, los pueblos y los países latinos, que como una apuesta comercial con propósitos lucrativos. Por esa razón se conoce poco del álbum, sin embargo, hay en las letras de sus canciones, mensajes apropiados para decidir a la hora de votar el próximo domingo 29 de mayo, o quizás para no votar.
El tema que le da título al álbum no dice que: “se vende un país portátil, con su autoestima en el suelo, con un enorme complejo, que lo hace anti nacional, es un lugar sin memoria, donde ya nada sorprende, vive el crimen indultado o a un charlatán presidente, con héroes falsificados, ideales hipotecados y total mediocridad, que castiga al que es honrado, a un pueblo auto condenado, por no aceptar la verdad”, más adelante en el tema Segunda Mitad del Noveno, hace una analogía con el juego de beisbol para decir que: “tiembla la gradería hay mucha emoción, mucho ruido, mucha bulla pero cero acción, Segunda Mitad del Noveno, miedo en primera, hambre en segunda y rabia en tercera”, estamos ad portas de elegir un presidente y el miedo, el hambre y la rabia se convierten de las razones de millones de decisiones, sin importar que con ello, podemos estar aportando para apagar el incendio con gasolina.
Al final del trabajo encontramos un canto de protesta, en el tema Himno de los Olvidados, en el que Blades nos dice: “Este es el canto de la gente triste, este es el Himno de los Olvidados, es el reclamo por lo que no existe, es la protesta de los desesperados, las ilusiones nuestras se han perdido, con la maldad de los que han gobernado, con su violencia nos han sometido, con la violencia serán castigados, lucharemos hasta ser librados”.
Creo que escuchar completo este álbum de Rubén, puede al menos ayudarnos a comprender y aceptar que ningún presidente va a resolver los problemas que tenemos en los próximos cuatro años, pero al menos nos da argumentos para pensar en que poco a poco podemos construir el cambio que nos permita evitar que el hambre, las mentiras y la rabia se conviertan en las grandes triunfadoras en los comicios. El mismo Rubén, parodiando al poeta Ramón de Campoamor nos advirtió que: todo es según el color, del cristal con que se mira. Por tanto, es posible que, escuchar las canciones de país portátil, motiven a cada ciudadano que tenga dudas sobre la mejor opción, a tomar una decisión diferente.
Al final, cada persona que vote en conciencia, estará aportando un granito de arena para la construcción un nuevo país.
Entiendo a quienes por convicción no votan, pues durante muchos años compartí ese pensamiento, sin embargo, es lamentable recordar que, son la mayoría de lo electores y el día en que se pongan de acuerdo, si no hay fraude, van a elegir al gobernante que quieran. Para que nuestro país deje de ser portátil.