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SIGIFREDO TURGA AVILA
Popayán ha venido cambiando positivamente en algunas vías principales, augurándose una mejor circulación vehicular, resultados que dan para felicitar a las alcaldías de los últimos 6 u 8 años.
Contrastan tales resultados con los obstáculos que han aparecido como cadenas de bolardos sobre algunas vías principales de la ciudad, por ejemplo en la calle 13 al sur de la ciudad, bolardos instalados hacia el centro de las calzadas y que se están convirtiendo en causantes de accidentes. Es prudente que los funcionarios de la Alcaldía responsables de su instalación, analicen si ha sido o no acertado el haber escogido esto como solución a algunos problemas que de seguro han identificado. Que no vaya esto a resultar como pasa en algunos problemas de la salud, donde sale más dañina la medicina que la enfermedad que se quiere curar.
Muchos habitantes de Popayán han encontrado en la autopista, yendo hacia el norte, un poco delante de Torremolinos, un separador vial con bolardos que demarcan un retorno hacia el sur. De noche no se ve, le falta mantenimiento, su color luminoso nocturno original ya desapareció y se corre el riesgo de estrellarse con ese separador yendo hacia el norte. Este caso es una advertencia sobre lo que podrá ocurrir con los bolardos recién instalados. Con el tiempo, de noche ya no se verán, ante su falta de mantenimiento causarán notorios riesgos al tránsito como se evidencia con los de la autopista.
Desconcierta también el sistema de bolardos instalados a la entrada de la vía que conduce a los cementerios existentes en la vía hacia la vereda La Rejoya, en el cruce con la Variante. Este sistema de bolardos es peligroso de día y peor de noche, no se ve desde la ruta a La Rejoya al salir por la Variante con orientación hacia el norte y además su mantenimiento es precario.
Cuando se evidencia tanto contraste en el manejo vial para Popayán, brota con nostalgia recordar que desde la Universidad del Cauca se han determinado los mayores avances en el conocimiento y el manejo vial para todo el país además de su reconocimiento cuenta internacional. Pareciera como si en Popayán se hubiese cambiado la visión académica e investigativa de la Universidad por un improvisado pragmatismo.
Últimamente la Alcaldía de Popayán solicitó autorización para ser parte de las ciudades que tengan foto-detección, o sea que se manejen cámaras que detecten infracciones al tránsito vehicular, para aplicar sanciones. Es algo que se debe entender como una medida positiva para garantizar el buen uso de las vías por conductores y peatones.
Invitamos al señor Alcalde a que recuerde que se trata de un servicio público, al que seguramente le tiene por destino que vaya su administración a manos del famoso inversionista privado, al que finalmente lo único que ha de importarle es lucrarse y para nada, los ingresos para la Ciudad y el fortalecimiento educativo de los ciudadanos que minimice costos sociales al evitar infracciones de tránsito. No es de extrañar que al inversionista privado solo le importe el número de infracciones que incrementen su lucro, antes que el bienestar mutuo ciudad-comunidad.
Finalmente, en otro tema de actualidad, nos llama poderosamente la atención sobre la manera como el ministro Carrasquilla en su defensa del día miércoles ante el Congreso, siempre se expresó no con el interés de servidor público, sino con la mirada de un inversionista, que ya no siendo ministro en gestión anterior aplicó para sus negocios, normas nacionales sobre el agua sin tener muy en cuenta afectaciones costosas que llegaron a municipios atendidos.
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