Latinoamérica gira a la izquierda

Columna de opinión

Jorge Eliecer Ortiz Fernández @jeliecerortiz – 

S

in duda que el triunfo por la presidencia del país vecino Brasil, del Señor Luis Inácio Lula Da Silva, prende alarmas a nivel latinoamericano, cuando en menos de un año, los países con mayor proyección internacional de Sur América como son Colombia y Brasil, dan un giro de 180 grados en materia política, otorgándole la responsabilidad a marcados líderes de corte socialista, para que asuman las riendas de los países, con expectativas inconmensurables, que a no dudar, serán sujeto de continuo análisis y seguimiento por parte de la derecha, que no renuncia a perder el poder, que por décadas ostento y que a decir de la realidad social de los y las ciudadanas, mal gastaron, con la aplicación de políticas públicas de mínimo impacto para disminuir los márgenes de desigualdad. 

 La historia en Latinoamérica nos ha demostrado, respecto a estas transformaciones políticas democráticas, que la transición ha estado antecedida por innumerables movilizaciones sociales, de las cuales no se ha escapado el país austral chile, nación que a partir del plebiscito de 1988 trasciende de una dictadura a una democracia; en atención a reiteradas reformas estructurales que finalmente colapsaron la económica chilena. En ese sistema político y de gobierno “democrático” fue un sistema influenciado por el autoritarismo y por el deseo de sostener el poder de las elites, esto llevo a conformar un sistema político amarrado que no permitía una oposición fuerte, argumentos suficientes, para “incendiar” el inconformismo ciudadano.

Si analizamos el contexto latinoamericano, llegamos a la conclusión de que existe una simetría o problemas de gobernabilidad que nos identifican, para citar Chile, Ecuador y Colombia, donde se han gestado grandes movilizaciones, modificando drásticamente la agenda política, realizando modificaciones y asignaciones presupuestales para atender solicitudes ciudadanas, pero que finalmente, no han atendido las expectativas de los marchantes, quienes, han pasado cuenta de cobro a los gobiernos de turno, en los comicios electorales, apoyando causas contrarias a los mandatarios en ejercicio. 

Finalmente, advirtamos que respecto a la problemática que aqueja al continente latinoamericano, podríamos decir que se hace evidente tres grandes aspectos sociales: 1. “La desigualdad la cual aparece como el asunto que más preocupa a los líderes progresistas en América Latina. Caracterizan la desigualdad tanto en términos de disparidad económica como de concentración de poder. De manera particular, la propiedad de la tierra en la región es una preocupación general dado que está de manera intrínseca relacionada con el origen de las desigualdades. Sostienen que la solución a esta problemática depende de la colaboración entre los sectores público y privado.  2. La degradación ambiental y el cambio climático por intervenciones humanas es otra de las grandes preocupaciones tanto localmente como en el ámbito global. Esta degradación es expresada en términos de deforestación, pérdida de la biodiversidad, disminución de la calidad del aire, y reducción de los recursos naturales. Y 3. disfuncionalidad de los sistemas políticos, por su parte, se relaciona con los fracasos de las democracias y los modelos políticos, y en esta categoría se incluyen la corrupción, la manipulación ideológica, el populismo, la polarización política, y el uso del Estado para el beneficio particular de los funcionarios públicos.”. Sin duda, tres lineamientos, que se identifican, claramente dentro de los diálogos sociales, que el gobierno del Presidente Petro ha propuesto para que conjuntamente con la ciudadanía se busque las alternativas de solución. 

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