Columna de opinión
Por: HORACIO DORADO GÓMEZ – [email protected]
Se acerca el mes de la alegría y con él, la música de diciembre. Música tropical colombiana como la conocemos hoy en día. Menos mal, sin ninguna evolución histórica desde que empezó hace muchos años. Es decir, que la música que vivimos y disfrutamos en las fiestas navideñas hoy, son y seguirán siendo los mejores éxitos del ayer que se nos fue. Es la música parrandera que no ha sido destronada. Que la hayan reciclado en otras voces, es cosa muy distinta.
Remontándonos a los años cuarenta, en Colombia nació la más importante figura de la música popular colombiana del siglo XX, Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez quien fuera el pionero del vallenato en el interior del país. Fue en la ciudad Amurallada, en el tercer piso de una emisora, donde se grabaron «Las mujeres a mí no me quieren» y «Compae Heliodoro«, esta última, una canción de Buitrago dedicada a su amigo de toda la vida, Heliodoro Egüis Miranda.
Cuentan que las muchachas se volvían locas por Buitrago, quien se vestía siempre de blanco. Su porte, cabello rubio y ojos azules, lo hacían muy atractivo. La gente se agolpaba en los radioteatros de las emisoras para verlo y oírlo cantar. Entre 1943 y febrero de 1949, Buitrago grabó unas cincuenta canciones para discos Fuentes. Entre ellas, “La gota fría”, que Buitrago grabó con el nombre: “Qué criterio y «Grito vagabundo», del compositor Buenaventura Díaz. En lo que respecta a su melodía y a la construcción y calidad de sus versos y de sus estrofas de la canción «La víspera de año nuevo”, es una obra maestra de nuestro cancionero de Navidad y Año Nuevo que año tras año seguirá discurriendo en nuestro ambiente navideño y, para siempre.
Otra canción que no dejará de sonar en las ondas hertzianas ni en las fiestas familiares es “Arbolito de navidad”, del compositor Colombiano José Barros, interpretado por el Colombiano Guillermo Buitrago, tema emblemático de las navidades, para bailar en navidad, fiesta de fin de año y año nuevo.
Como ignorar a Buitrago, quien no solo fue la primera estrella de la música popular colombiana, fue también fue una especie de mecenas de muchos compositores sin los que hoy no podría ser concebido el folclore del país. Sacó del anonimato a Rafael Escalona, a Emiliano Zuleta, a Abel Antonio Villa -de quien fue gran amigo-, a Tobías Enrique Pumarejo, a Chema Gómez, a Luis Pitre y a Eulalio Meléndez, el compositor de «La piña madura».
Buitrago murió muy joven, de 29 años, pero más de ochenta años después, sigue vigente su música en Colombia. El mismo año de la muerte de Guillermo Buitrago, Discos Fuentes realizó un concurso radial para encontrar el sucesor con la voz más parecida a la de Buitrago, encontrando en Julio César Sanjuán Escorcia un estilo artístico y una voz que le hizo merecedor del seudónimo de «Buitraguito». Julio César (Buitraguito), quien hiciera parte del trío de Bovea y sus Vallenatos llevando en alto este género musical por más de 60 años, creando su propia historia. Es pues, un icono de la Navidad y un referente del vallenato de cuerda que inmortalizó la música de Buitrago.
Civilidad: “Arbolito lindo de navidad que siempre florece los 24…que me vas a dar”