Todo el mundo a pagar impuestos

Editorial

Por: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE
Twitter: @valenciacall

Un gobierno que pretenda garantizar mejores ingresos públicos para favorecer a la mayoría de los colombianos, especialmente a los menos favorecidos, requiere de una alcancía robusta y de mejores estrategias tributarias para obtener los fondos económicos que se necesitan. Y aunque estamos de acuerdo en ello, se hace necesario expresarle al gobierno el cuidado que debería tener, en no exagerar ni maltratar a los ciudadanos o a las empresas que tradicionalmente tributan con alzas exageradas de las cargas impositivas.

La reforma tributaria-que el actual gobierno propone y se socializa a través de medios de comunicación, en busca de generar consensos y apoyos de grupos políticos, la academia y los líderes empresariales; por más que tenga mayorías en el congreso para ser aprobada, tiene peros y temas que no convencen del todo

Es muy posible que la “luna de miel” del presidente Petro obnubile a miles de personas y muchísima gente esté dispuesta a apoyar su iniciativa tributaria, pero al mismo tiempo es necesario preguntarnos si realmente, tanto personas naturales y jurídicas están dispuestas a pagar sin chistar ni hacer trampas o al menos, sin discutir las alzas y cambios que se proponen.

El gobierno ha dicho que se requieren 25 billones anuales para financiar programas sociales urgentes, al tiempo que es la cifra que se necesita para sostener a un Estado tan burocrático como el nuestro y todo eso está bien.

Pero la ciudadanía, tiene que saber que no solamente los asalariados y empresas pagarán impuestos, que los cambios que se proponen obligan a casi todos los colombianos a sacar dinero de su bolsillo para contribuir con los gastos del Estado.

Por ejemplo, al establecer impuestos directos sobre los alimentos procesados y las bebidas azucaradas, quien pagará el alza de precio de estos productos será el consumidor, el ciudadano de a pie, como se dice.

Así mismo, tendremos que pagar más dinero por el galón de gasolina corriente y el consumo de productos plásticos al gravarse la explotación de petróleo, oro y carbón, amén de las materias primas de muchos productos para la industria y las artesanías. Por tanto, tendremos un país más caro cada día.

Cuando se anuncia la necesidad de hacer ajustes a las exenciones que actualmente hay para la industria del turismo, lo que se nos está diciendo es que en el futuro el viajar en vacaciones con gastos de hoteles y restaurantes incluidos, serán más costosos.

Por demás, es necesario decir que los empresarios tienen razón al poner el grito en el cielo cuando indican que el alza a las ganancias ocasionales de las personas o empresas hasta en un 20% es, además de exagerado, imprudente.  Porque en adelante quien se gane un chance, la lotería, reciba una herencia o venda una casa o lote tendrá que entregarle al Estado casi el 30% de sus ganancias.

Y como si lo anterior no fuera poco, no gusta para nada la iniciativa  del sector financiero, de constreñir a todos los colombianos a estar bancarizados, para poder realizar una transacción de más de diez millones de pesos. Esa es una vigilancia aterradora que esperamos no tenga eco ni respaldo.

El debate está abierto y siempre será  importante escuchar a los expertos.

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