El suicidio

Columna de opinión

Por : Giselle Delgado 

Q

ué distante está de la cotidianidad de la familia, las instituciones académicas y de la sociedad. Históricamente ha sido una práctica ejercida por faraones, reyes y personalidades notorias, sobre todo en las artes. Ha sido sentenciado por algunas religiones, quienes argumentan que la vida le pertenece a Dios y hay otras religiones donde la inmolación es patriotismo.

Hoy vamos a hablar del suicidio cotidiano y a retomar algunos datos estadísticos que indican que la población con más alto riesgo de suicidio está en las edades comprendidas entre los 20 y cuarenta años. 

En su mayoría no hay diferencia de sexo, y pertenecen a la clase media con acceso a la educación. La segunda población en riesgo son niños entre 9 y 15 años de edad, hijos de padres con solvencia económica y prevalece el sexo masculino. 

El tercer grupo es la población mayor de cincuenta años, sobre todo en países desarrollados que no los incluye en beneficios de enfermedades catastróficas.

Para aterrizar en las causales existen diferentes factores que van desde el ámbito biológico por ausencia de sustancias químicas como la serotonina producida en el sistema cerebral límbico y que ocasiona la depresión. 

Esta se manifiesta clínicamente con sentimientos de desesperanza, tristeza, sensación de vacío; nada hace feliz al ser humano hasta que es capaz de ejercer la autolesión o suicidio. Una segunda causal tiene que ver con la concepción psicoanalítica, la cual plantea que la psiquis tiene dos aspectos: Eros significa felicidad, Tanatus tristeza. 

De acuerdo con el sdesarrollo psíquico desde la infancia el ser humano se nutre de la aprobación o desaprobación de los padres en primer lugar, el colegio en segundo lugar y por último la sociedad. Aquí influyen elementos básicos como enseñar al ser humano (infantes) a tolerar la frustración; traducido quiere decir a esperar, postergar, aprender a entender el No. 

Enseñar a sentir satisfacción con lo que se es. Importante aquí, trabajar los falsos valores, paradigmas negativos; como reconocerse con ideales como Pablo escobar. Evitar la idealización del falso ídolo  (idealizar o querer ser como el malo del colegio, o barrio o club social)

¿Cómo saber que tu hijo o familiar está en riesgo?: Observar su conducta, amistades, aislamiento, silencios y encierros largos. 

¿Cómo evitarlo?: hacer del diálogo familiar la herramienta de prevención. Padres de familia guarden el celular cuándo estén en familia y por último consulten un psiquiatra.

EL Suicidio no es el deseo de morir sino la imposibilidad de vivir feliz.

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