¿Cómo se educarán en 2040?

Columna de opinión

Por: Hugo Cosme Vargas

E

l hombre y la mujer llegaron “en bruto” a la tierra, listos para tallarse. Durante miles de años han ido creando el conocimiento y transmitiéndolo de generación en generación, afortunadamente. En Grecia nació el Ágora y en Italia, la universidad. Pero ¿será distinta en los próximos 15 años, la manera de educarse? La OCDE acaba de publicar un importante documento de 107 páginas denominado “Tendencias de la educación 2022”, con el cual alumbra el reflector hacia un mediano futuro, mostrándonos los escenarios escolares y sugiriendo sorpresas y sobresaltos. Aquí enunciaremos algunos, después de recordar la historia.

En la edad media, hacia mediados del siglo 12 surgió la Universidad de Bolonia, a partir de la asociación voluntaria de los estudiantes que acudían a escuchar a Irnerio y Graziano, maestros del derecho romano, mientras que en París nacía el Studium, alrededor de la filosofía y teología que enseñaban Abelardo, Hugo de San Víctor y Guillermo de Champeaux. En 1218, Alfonso IX de León fundó la Universidad de Salamanca, que echó después raíces en nuestra América española cuando se fundó en 1538 la Universidad de Santo Domingo, en República Dominicana, en 1551, la Nacional Autónoma de México y la Nacional Mayor de San Marcos, en Perú, y en 1621, la Pontificia Javeriana de Bogotá.  Desde entonces mucha agua ha corrido bajo el puente, y seguirá fluyendo, para beneficio de la humanidad.

Cuatro alternativas de escenarios para el futuro de la educación se presentan en el documento OCDE, estructurados alrededor de cuatro principios de diseño comunes: metas y funciones, organización y estructuras, la fuerza del trabajo profesoral y la gobernanza y geopolíticas. Nos advierten que ellos no son absolutos y que debemos prepararnos para vivir una combinación de escenarios.

El escenario 1 asume que la enseñanza se extiende como es hoy; el segundo escenario predice que la educación proviene de afuera; el escenario 3 piensa las escuelas como grandes redes de aprendizaje; y el escenario 4 nos ve aprendiendo cada uno a su propio ritmo. Veamos sus principales ideas.

El primero ve que la actual educación formal continúa expandiéndose y que sus certificados académicos siguen siendo el pasaporte al éxito económico y social de las personas; el aprendizaje digital se fortalece, mientras las herramientas de aprendizaje y las “datas” se comparten ampliamente entre los países; aumenta la diversificación de perfiles profesionales. En el segundo escenario se involucran mucho en la enseñanza los padres y madres de familia y afloran iniciativas privadas y comunales, como alternativas de la educación, generándose más opciones en los programas de aprendizajes, con flexibilidad para moverse en su propio espacio; crecen las redes de conocimiento, como las masivas plataformas digitales. En el escenario 3 hay redes interconectadas de espacios educacionales, profesores coexistiendo con diversos actores individuales o institucionales y fuertes patrocinios de museos, bibliotecas, centros residenciales y nodos tecnológicos. Finalmente, el escenario 4 reconoce que la digitalización hace posible adquirir y certificar conocimientos, habilidades y aptitudes, de una manera profunda y casi instantánea, y además gratis. ¡Amanecerá y veremos!