S.O.S por el Norte del Cauca

Editorial

Por: Marco Antonio Valencia

E

l gobernador del Cauca Elías Larrahondo y el presidente de la República Gustavo Petro, juraron ante Dios, la Patria y la ciudadanía, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, so pena de que los tres entes “os lo demanden” y los llamen a pedir cuentas por acción u omisión. 

Ello implica hacer respetar los derechos de todos los colombianos, incluyendo la vida y los bienes privados. Y ninguno de los dos funcionarios está diciendo nada serio ni concreto sobre la invasión de tierras por indígenas al norte del Cauca.

Los argumentos para la reclamación de tierras por parte de los indígenas (que desde este medio creemos necesario escuchar, conocer y socializar), deben formularse frente a la institucionalidad (Presidencia, Congreso, Cortes Judiciales), pero no desde la intimidación, la invasión y los disparos, como viene sucediendo.  

Queremos creer que los grupos invasores entendieron mal el mensaje del presidente de la República cuando afirmó en campaña que sería su prioridad devolverles la tierra a las comunidades ancestrales. Por lógica, en palabras de un mandatario ya posesionado, esto no supone una invitación a saltarse el Estado de Derecho, ni mucho menos a la violación de la propiedad legal sobre esos predios, porque eso implica alentar una guerra de proporciones incalculables que sabemos dónde comienza pero nunca dónde termina. 

Los conflictos por la tierra son la madre de las guerras más atroces de la humanidad. Y por eso, aquí no sirven declaraciones tibias a la prensa sin acciones reales, sin presencia permanente del Estado para solucionar, por un lado, el enredo semántico y de comunicación que tienen los pueblos indígenas; y por otro, su derecho ancestral a la tierra, tanto como el derecho legal de los propietarios o de los trabajadores que de allí derivan su sustento.

Lo que está sucediendo en Guachené y el norte del Cauca es grave, gravísimo. 

Pero mucho más grave es el silencio del gobernador y del mismo presidente, quien debería nombrar un funcionario Ad hoc como Director de Restitución de Tierras, para suplir a Giovanni Yule, quien fuera Consejero del CRIC, cuyos hechos recientes lo convierten en sospechoso partidario de las invasiones y demandas indígenas.

Las invasiones de tierra en el norte del Cauca literalmente son una bomba de tiempo social. Aquí, dejar pasar el tiempo y esperar a que se calmen los ánimos, no es remedio ni solución responsable.

El fin de semana dispararon contra la Personera de Guachené cuando quiso intervenir en la zona de conflicto; las autoridades encontraron “17 granadas tipo comando, 28 granadas 60 mm, 22 granadas 81 mm, 6 tacos de pentolita y 13 metros de mecha de seguridad” en una vereda de Guachené. En agosto se conoció de la muerte de una vendedora de loterías que públicamente se mostró en desacuerdo con la invasión de tierras, y se desactivó un artefacto explosivo cerca de Padilla, también al norte del Cauca, al paso de un equipo periodístico de la capital. Este último fin de semana, en clínicas de Cali se recibieron cinco personas heridas con armas de fuego procedentes de la zona del conflicto.

Si Dios está en modo silencio, ¿cuándo la Patria y la ciudadanía demandarán acciones reales de sus funcionarios?

Un comentario sobre «S.O.S por el Norte del Cauca»

  1. Es el resultado de haber tergiversado el espíritu de la Corona española, en tierras americanas, que consistía en un intercambio de sangres y saberes, siguiendo la consigna de Isabel La Católica de «Debían conversar e intimar», por la de» España llegó a saquear, violar, destruir culturas» , lo que deja a las inmensas mayorías que son mestizas, en el peor de los mundos, como desclasados, que si no manifiestan el orgullo de ser lo que son, están declarando , que el mestizaje, resultó en el más estruendoso fracaso. dándole razón a los que creen que América pertenece en exclusividad, a los primeros pobladores, algo que va en contra de toda lógica, agravada por el desconocimiento de los nativos de su identidad, odian a Colón, pero aceptan llamarse como él equivocadamente los llamó, indios, cuando de eso no tienen un pelo, pertenecen a la familia Amarilla, donde existen excelentes modelos educativos, para ponerse al día y mostrar sus inmensas capacidades, Y lo que se está viendo con los Negros, es infame, sacados de su África, para ser útiles, en proyectos ajenos, para que ahora los indígenas los consideren nulos. Solamente valorando lo que representa, estar Negros, Amarillos, y Blancos es decir las tres grandes familias que componen la humanidad, reunidos, para encontrar una salida, en que no se lastime a nadie, y le prueben al mundo que tenemos la suficiente inteligencia para resolver nuestras diferencias. Es el reto. Lo demás ya sabemos como termina.

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