Editorial
Por: Marco Antonio Valencia Calle
El Cauca tiene 32.000 km2, es decir, que vivimos en el 5% de la tierra que un día disfrutábamos.
El Cauca era un departamento rico cuando tenía 630 mil km2 de extensión y era punto de encuentro entre ciudades andinas y europeas. Tiempo pasado. Ahora vivimos realidades distintas que tenemos que pilotear de otras maneras.
El DANE estima que en el Cauca hay 1.300.000 habitantes, y dice que un millón viven en estado de pobreza
Y los expertos indican que todavía no encontramos un norte económico (legal) que nos permita ser competitivos y solucionar la pobreza de nuestra gente.
Al problema de la pobreza tenemos que sumar la violencia, el conflicto por las tierras de las comunidades indígenas, el analfabetismo creciente, la ruralidad sin servicios básicos y la baja cobertura en salud… tenemos los ingredientes para decir que somos una región paralizada.
Estamos estancados por las siguientes razones:
Los gobernantes del último siglo nunca han podido tener el mapa completo del departamento en la cabeza ni el papel.
No gobiernan para todos, sino para algunos. Gobernadores y congresistas no han tenido fuerza ni peso suficiente para lograr proyectos y recursos nacionales e internacionales. La historia los juzga mal.
Nos faltan vías. La carretera Panamericana se volvió la única fuente terrestre para conectarnos con el resto país, pero como un túnel de ratonera, cualquier bloqueo por grupo social, accidente o derrumbe, nos deja incomunicados.
El analfabetismo económico de los que tapan la carretera perjudica a toda la comunidad, nunca al gobierno de turno al que le deben reclamar.
La falta de buenas carreteras entre municipios no permite la integración comercial como debe ser y limita la vocación agrícola. La actividades agropecuarias son para pan-comer y en muchos lugares la necesidad económica obliga al cultivo de la coca (convirtiendo la solución en otro problema).
El Pacífico caucano, con una extensión de 150 kilómetros de costa, que nos podría convertir en el departamento más rico del país está aislada, sin carretera, sin gestión.
La ausencia de Estado por falta de vías y de gestión administrativa ha sido aprovechada por las mafias para engatusar a la gente ofreciendo la solución de la coca.
Los datos de Planeación departamental indican que de los cerca de 1,3 millones de habitantes del Cauca, 21% son indígenas y 22% son afro descendientes.
Somos el segundo departamento con mayor población indígena después de la Guajira y el quinto con mayor porcentaje de afros descendientes, siendo los mestizos la población mayoritaria. Sin embargo, como sociedad no hemos logrado gestionar (ni educar) la convivencia.
Expertos señalan que solo entregando dos millones de hectáreas de tierras a los indígenas, afrodescendientes y campesinos sin techo, se podría arreglar el problema de tierras en el departamento.
Tenemos que resolver los problemas de tierras para los demandantes y la violencia que causan los cultivos de coca.
Tenemos que hacer apuestas productivas en lo agrario a gran escala y para eso se necesitan mejores vías, reforma agraria, salida al mar, inversión industrial y empleo.
Mientras tanto, desde la gobernación le apuestan al desarrollo fomentando las artesanías, conglomerado industrial, región de conocimiento, Pacífico, turismo, minería y software.
¿Esas respuestas son suficientes para tener esperanza o seguiremos estancando por el resto de vida de nuestra generación?