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OLMEDO GUACA TIMANÁ
No comamos cuento con el caso Uribe Vélez, no nos dejemos engañar, engatusar, dividir, polarizar, manipular que es lo que con lujo de calidad sabe hacer el ex. ¿Por qué?. Porque simplemente como decía García Márquez, nuestra historia o sea las mentiras bellamente encuadernadas nos dicen que en Colombia todo pasa y nada pasa, así de simple. Lo que ocurre es que el poder de manipulación con la complicidad de sus fanáticos en el congreso y el común, más sus medios de comunicación o alienación, que es lo mismo, desarrolla a su antojo cortinas de humo para como cualquier seudodemócrata de Cuba, Venezuela o Nicaragua poder tener a sus fanáticos para que le cubran en lo político, lo antiético y todo lo demás. Por eso tranquilicémonos que a pesar de toooodo no pasará nada con el presidente eterno. No estoy contra del patrón, simplemente es una visión real.
Todo pasó con Guillermo Valencia, el Presidente de la paz, cuando bombardeó a Marquetalia inmisericordemente, arrasando cultivos, familias, matando animales domésticos, gente indefensa e inocente. En el congreso y en otros espacios nacionales e internacionales se presentaron debates, gritos sobre la violación de los Derechos Humanos, pero no pasó nada.
Todo pasó, un golpe de Estado por los militares, un presidente secuestrado, censura a medios de comunicación, ministros obedientes a las órdenes de los dictadores del momento, un presidente incomunicado, no lo dejaron hablar y solamente luego de tres días del golpe lo dejaron salir en la TV anunciando que lo ocurrido en el Palacio de Justicia solamente él era el responsable cuando en realidad no lo fue. Y no pasó nada.
Todo pasó, cajas repletas de dólares del cartel de Cali, muertes valiosísimas como la de Alvaro Gómez por desentrañar de frente lo que no se podía ocultar. Debates en el congreso, procesos en la inútil Comisión de absoluciones del congreso-léase sin reírse Comisión de Acusaciones. Todo un boom llamado Proceso 8.000, con cassettes en donde más claro no cantaba un gallo pero todo sucedió a las espaldas del atembado presidente que no supo nada de nada y solamente dijo: “Hagan lo que tengan que hacer pero que no me de cuenta”. Y no pasó nada.
Todo pasó en El Caguán, medio país entregado a las FARC sin esperara nada a cambio, en donde se fortalecieron con el narcotráfico, armas, secuestros (Tenían secuestrados en ese mismo territorio, custodiado por nuestro ejército que cumplía órdenes del inepto), debates, lo mismo de siempre y nada pasó.
Estamos volviendo a los tiempos de la seguridad democrática en donde como en El Tarra a medias cuadra de la masacre hay un puesto de policía, hay un batallón y nadie ve fusiles ni gente armada, ni nadie del Estado oye ni ve nada. Así muchas cosas pasan o pasa de todo: desfalcos, falsos positivos, estafas, chuzadas, desvíos de dineros a entidades dudosas, torcidos de toda clase pero los órganos de control mientras los gringos no presionen con sus pruebas, aquí pasa de todo pero no pasa nada. Pechugas a 40 mil, personajes que han sido colaboradores de grandes tumbis al Estado a los colombianos como Reficar, Invercolsa para citar solo dos ejemplos y sus protagonistas se han convertido en ministros o grandes oradores pregoneros de la ética y criticando todo lo demás porque para ellos solo es verdadero lo de ellos.
Esa es nuestra triste realidad en donde de todo pasa pero al final no pasa nada y seguiremos con los mismos y las mismas y cada vez peor porque los corruptos se van de embajadores, de cónsules, de ministros y no pasa nada porque está comprobado que Colombia es el país más feliz del planeta.
Se oye: Cuando fue Uribe presidente le dio garrote a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos descalificándola con toda clase de improperios pero ahora indica que acudirá a ella para que le proteja sus derechos. ¿Entonces?
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