Una iniciativa ciudadana en pro de la protección del Parque Gorgona

L

Carol Murcia Ledesma – El Nuevo Liberal  

a isla Gorgona, adscrita al municipio de Guapi, es una de las 59 zonas protegidas a nivel nacional que, al ser constituida como Parque Nacional Natural (PNN), resulta de vital importancia por la mega biodiversidad que alberga, la cual ha sido declarada como objeto de protección. Si bien, la normativa frente al patrimonio natural estipula que además de protección, estos ecosistemas deben producir retribuciones económicas al país, esta laxitud en la norma frente al cuidado de la flora y fauna nativa de las regiones y las afirmaciones de las fuerzas militares frente a la importancia estratégica de este punto para la lucha contra el tráfico de estupefacientes hacia Norte América, ha provocado que un proyecto de construcción promovido por la Armada Nacional de Colombia, el cual sería financiado por la embajada de Estados Unidos, esté a pocos meses de iniciar su segunda fase en territorio.

La Subestación de Guardacostas es un proyecto que ha venido desarrollándose desde 2017, cuando la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) aprobó el desarrollo de las tres fases de la obra, mencionando que no los documentos y planes entregados por los contratistas resultan adecuados al no generar un impacto ambiental desfavorable. Contrario al criterio de la ANLA, pobladores, científicos que llevan trabajando en la zona más de 30 años, ambientalistas y personalidades de Colombia y Chile se han unido en el Colectivo Unidos por Gorgona para denunciar la catástrofe ambiental que simbolizaría la construcción de este proyecto, lo cual ya está siendo evidenciado tras la construcción de una torre de 55 m y la instalación de un radar para la interdicción de drogas. Según menciona la organización, esta primera fase fue construida en el cerro más alto de la isla, el cual es una zona de recuperación natural, donde se construyó la torre que soportará el radar, para lo cual fue destruido el 61% del bosque de la cima. Si bien, el radar aún no ha sido instalado, su funcionamiento simboliza una afectación considerable a la calidad y ciclo de vida de las diferentes especies de aves marítimas y murciélagos que habitan en la región, hecho que no fue considerado dentro del estudio de impacto ambiental entregado por la constructora y aprobado por la autoridad ambiental, entidad gubernamental que debe velar por la vida y preservación de los ecosistemas naturales.

Si bien, el proceso de socialización con las comunidades y todo lo que implican las concesiones ambientales de este proyecto demuestran varias irregularidades, como la falta de participación, el no tener en cuenta el concepto de biólogos y científicos marinos frente al impacto negativo que generará la construcción de esta base militar en el ecosistema y el desconocimiento de todo el esfuerzo que ha significado repoblar la vida de la isla después de haber sido por muchos años una cárcel, su ejecución sigue en marcha, a pesar de las denuncias y la evidencia sustancial frente al deterioro de la zona con la primera fase. Según el cronograma, el próximo 1 de diciembre iniciará la fase de preconstrucción del muelle, cuya longitud sería de 163 metros, para lo cual se tendrán que instalar en el suelo marino más de 100 pilones, lo que afectará a los corales y producirá afectaciones sonoras que comprometerán el bienestar del ecosistema del océano pacífico, ya que algunas especies podrían morir por aturdimiento. Pero el peligro no termina ahí, una vez inicie su funcionamiento, embarcaciones de entre 6 y 28 toneladas ocasionarán fallecimientos y alterarán las dinámicas de reproducción, además de propiciar derrames petroleros.

Gorgona es una de las zonas más conservadas del planeta, por toda la vida que transita en sus bosques y océano, por ello, diferentes activistas del Colectivo, ambientalistas y figuras públicas  se están encargando de promover diferentes acciones de protesta a través de redes sociales para detener lo que sería una barbarie ambiental. Además, cuentan con una petición virtual que espera recoger la mayor cantidad de firmas posibles para truncar la construcción de la segunda y tercera fase del proyecto. Se espera que el gobierno nacional, los entes departamentales y ambientales reconsideren su decisión para que este ecosistema megadiverso pueda mantenerse con vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.