Con una inversión que asciende a los $57 mil millones, y a pesar de los inconvenientes, el Ministerio Nacional de Transporte hizo entrega oficial de las nuevas instalaciones del Aeropuerto Guillermo León Valencia. Sin embargo, de acuerdo con la veeduría, los trabajos de la torre de control no han llegado ni al 10%.
Redacción El Nuevo Liberal
El pasado viernes 5 de agosto de 2022, la ministra saliente de Transporte Ángela María Orozco, entregó a los usuarios de transporte aéreo las obras de la nueva infraestructura del aeropuerto de Popayán. De igual manera, las autoridades competentes dieron inicio oficial a su operación.
En el acto de entrega estuvieron presentes algunos funcionarios de la Alcaldía, representantes del Gobierno Departamental y de la Aeronáutica Civil, así como el alcalde de Popayán Juan Carlos López Castrillón, quien afirmó que esta importante entrega significa la puesta en marcha de la modernización del aeropuerto de los payaneses, y responde a una inversión de $57.000 millones de pesos, la cual, además, generó más de 120 empleos durante la emergencia sanitaria por Covid-19 que vivió todo el país.
«Sin duda este es un logro para la ciudad y para el departamento porque amplía la conectividad con los destinos nacionales, impulsa el turismo, la innovación, la cultura y la competitividad”, señaló el mandatario local.
Así mismo, la administración municipal resaltó que “esta obra representa una oportunidad de crecimiento importante para la región en términos de innovación, conectividad, competitividad, y va a fortalecer fundamentalmente la capacidad turística y cultural de Popayán, llamando la atención de turistas que la deseen visitar”.
Las irregularidades
Es importante recordar que estas obras habían presentado irregularidades, pues al parecer la veeduría especializada encargada del seguimiento encontró errores en el estudio de suelos y en el diseño de los cimientos de la terminal, los cuales se verían representados en sobrecostos por varios miles de millones de pesos.
De acuerdo con el arquitecto José Alonso Monteros, presidente de la veeduría de estas obras, se encontró que los cimientos del conjunto de edificaciones del nuevo aeropuerto se construirían en un terreno muy húmedo y a una profundidad de menos de 12 metros; es decir, que habría una deficiencia en los estudios y diseños previamente licitados y adjudicados, que no garantizaban la estabilidad de la obra.
En el arco del proyecto para la modernización de esta terminal de transporte aéreo, un contratista se encargó del edificio principal y otro de la torre de control. Así, las obras fueron encargadas a los consorcios Alianza YDN Popayán, responsable de las áreas centrales del terminal, y Obex que debía construir la torre de control. Como interventor fue contratado el consorcio Krystal S.A.S.
Conocidas las falencias denunciadas por la veeduría, el contratista de la terminal de pasajeros arrancó la obra con nuevos estudios (cargados como extras al contrato inicial) de los que dependería el cálculo estructural de las áreas intervenidas. El trabajo habría determinado que la cimentación debía tener una profundidad mínima de 25 metros y no de 10 como lo había precisado el primer estudio de suelos.
Tal y como señala el periodista Guillermo Muñoz Velásquez, la torre de control, a cargo del consorcio Óbex, debía cimentarse también, según el último estudio, a 25 metros de profundidad. En este tramo de la obra surgieron problemas que según criterio del veedor retrasarán estos trabajos de ingeniería, porque tanto la Aeronáutica como el contratista no aceptaron en principio las nuevas exigencias de profundidad y consideraron que la torre de control podía levantarse desde los 10 metros como lo indicó el primer estudio. En la discusión de este punto se perdieron casi siete meses, al final de los cuales se contrataron unos estudios nuevos, en los que se incluyó una prueba de pilotaje que demostró que la torre de control debía cimentarse mínimo a partir de los 25 metros. Para atender este requerimiento de la veeduría, se asignaron recursos por un valor cercano a los $2.400 millones, afectando las finanzas del consorcio Óbex y obligándolo a desistir del contrato.
Con relación a esto, la ministra saliente de Transporte, Ángela María Orozco, indicó que el contratista de la torre se encuentra en diferentes requerimientos por los incumplimientos, y subrayó que la Aeronáutica Civil ya está trabajando en los trámites de la nueva licitación y adjudicación. Además, recalcó que la torre existente es funcional y trabaja con el terminal que acaban de inaugurar.
“El proyecto, que busca brindar mejores condiciones operacionales, incluyó la intervención de la antigua plataforma de 20.000 m2, que dio paso a una nueva estructura de 27,000 m2 para la maniobra de aeronaves, lo que abre la posibilidad del ingreso de equipos de mayor capacidad para el transporte de pasajeros y carga y ofrecer mejores condiciones para la llegada de más operadores, así como el aumento de rutas que conecten al departamento del Cauca con otros destinos”, destacó Francisco Ospina Ramírez, director encargado de la Aeronáutica Civil.
De igual forma, también existe preocupación porque la torre existente quedó restringida a raíz del nuevo terminal, y parece haber poca visibilidad, algo que ya ha generado retrasos y percances en el aterrizaje de las aeronaves. Ospina se refirió a esto aclarando que las condiciones meteorológicas de la ciudad tienen mucho que ver con ese tipo de dificultades: “Esta pista por las condiciones topográficas y las ayudas a la navegación no tiene aproximación de precisión, eso hace que la probabilidad de que el avión no pueda aterrizar por condiciones meteorológicas sea importante”.
Ante este panorama, y conforme al trabajo de la veeduría, los avances de la torre de control no han llegado ni siquiera al 10%. Para el veedor José Alonso Monteros, si bien el terminal quedó con las características de un aeropuerto internacional, las condiciones de la torre no son acordes.