Aunque no es un problema reciente, entre 2020 y 2021 los casos de violencia de género e intrafamiliar se incrementaron en un 12,1 por ciento. Desde el norte de ese departamento, Elsa María Zapata, una lideresa social, le hizo frente a la situación a través del acompañamiento a las mujeres. Aquí, la segunda y última entrega de esta crónica.
POR: CO.MARCA DIGITAL
El Nuevo Liberal
(La primera parte de esta crónica la pueden encontrar en nuestra edición del día de ayer 28 de junio de 2022)
—Yo estaba pasando por un momento depresivo y alguien me habló de REDMUNORCA, del acompañamiento que hacían y la importancia de la voz de una. El día que fui estaban haciendo un taller de autoestima, y eso marcó mi vida— dice Elsa María contando cómo fue su llegada a la organización.
Esta juntanza de mujeres nació en 1994 de la mano de Arnobia Loboa, quien en compañía de otras cinco lideresas de Cauca cofundó esta red de mujeres, donde se promueve la autonomía económica, reconocimiento, valoración, identidad, participación política, autocuidado de las mujeres y la erradicación de las VBG.
Arnobia es oriunda de la vereda El Palmar de Santander de Quilichao, Cauca, donde harta de ver las violencias a las que eran sometidas otras mujeres, decidió hacer algo. Es así como nace su compromiso y convicción de ser defensora de los derechos humanos de las mujeres de las comunidades afrodescendientes, raizales y palenqueras.
Actualmente, de este tejido hacen parte organizaciones de mujeres de ocho municipios de Cauca: Padilla, Caloto, Santander, Corinto, Miranda, Villa Rica, Guachené y Puerto Tejada.
A través de una llamada, las mujeres de estos municipios se contactan con Elsa María en busca de ayuda, y ella, siempre dispuesta a escuchar, las acompaña en los diferentes procesos psicosociales y jurídicos que necesiten.
Aunque la organización no cuenta con cifras consolidadas, según Elsa María, durante los dos años que lleva la pandemia, en la REDMUNORCA han atendido más casos que en años pasados. Aunque según un informe de 2020 del Observatorio de Asuntos de la Mujer en el Cauca, el cual se basó en las cifras reportadas por el Sistema de Salúd Pública (SIVIGILA) en la plataforma del Sistema Integrado de Información sobre Violencias de Género (SIVIGE), entre el 24 de marzo y 20 de julio del 2020 se reportaron 671 casos de VBG, disminuyendo la cifra en relación al 2019. Sin embargo, hasta la semana 14 del 2022, el SIVIGILA ha registrado 96 casos de violencia de género e intrafamiliar en el Cauca.La realidad es que los casos no se han dejado de presentar, sólo que muchas mujeres se han abstenido de denunciar por miedo o no realizan el trámite porque no saben cómo hacerlo.
—Ay, pero para qué lo denuncia si va a volver con él. Si usted así lo quiere pues mejor aguántese—dice Elsa María que estas son algunas de las frases revictimizantes que escuchan las mujeres cuando acuden ante autoridades oficiales a realizar denuncias.
Para Laura Pinzón, esta revictimización que se produce en los procesos de denuncia llevan a que las mujeres quieran abandonar los protocolos, pues no solo es desgastante sino que dentro de las instituciones, los funcionarios culpabilizan a las mujeres por los sucesos. Sumado a esto, una vez se realizan las denuncias “la boleta de citación es entregada a la misma mujer para que se la dé a su agresor. Dentro del ejercicio legal que se debe hacer, hay muchas cosas que modificar y cambiar para que cuando las mujeres accedan a la justicia se sientan apoyadas”, puntualizó Laura.
Pero no sólo en estos lugares ocurría eso. Mientras estaban en sus casas, en palabras de Elsa, las mujeres se vieron revictimizadas en todas las clases de violencias. No sólo tenían la presión por parte de sus parejas sino también del cuidado de sus hijos y las labores del hogar.
Sumado a esto, en los casos donde se presentaba violencia física, como el de Milena, la situación era más compleja. Aunque afortunadamente no fue la suerte de ella, cuando hay amenazas de por medio, los hechos pueden escalar a tal punto que terminan en feminicidios.
Desde enero de 2020 y hasta septiembre de 2021, el Observatorio de Feminicidios en Colombia registró 1.105 casos. Dentro de esta cifra está Sandra, una joven de 17 años que fue asesinada por su novio, a quien había denunciado por amenazas.
Fuente: Observatorio de Feminicidios Colombia/ Elaboración Co.marca Digital
—Se suponía que ya todo estaba solucionado porque fuimos a la fiscalía a poner la denuncia, pero no pasó nada con eso. Él seguía libre. Fue hasta la casa de ella, se la llevó y la mató. Entonces uno siente como que no hizo nada por ayudarla— dice Elsa María con voz entrecortada mientras sus ojos se humedecen.
¿Qué pasa después? Esa es la gran pregunta. ¿Qué pasa si las mujeres se quedan en sus casas con sus agresores? ¿qué pasa si nadie las escucha? ¿qué pasa si nadie las protege? ¿Qué pasa después de denunciar?
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Todos los días Elsa María se levanta y lo primero que hace es rezar el rosario. Para ella, alimentar su alma es la clave de mantenerse en paz consigo misma. En una agenda cada noche anota los pendientes del día siguiente y en las mañanas, antes de bañarse los revisa para organizar su día.
Después de preparar empanadas, pandebonos, papas rellenas y buñuelos, sale junto a su esposo a vender la comida en los barrios del sector. Este emprendimiento nació en 2008 cuando Elsa María, preocupada por que sus hijos se fueran a involucrar en las pandillas, renunció al trabajo que tenía en una fábrica de confección en Cali.
—Tengo que contarte algo—le dijo Elsa María a su esposo una noche cuando él llegó a la casa. —Hoy renuncié al trabajo—.
—¿Por qué hizo eso? A mí hoy me echaron del trabajo—dijo el hombre, mirándola fijamente.
En medio de risas, Elsa María cuenta que en ese momento con su esposo empezaron a pensar qué hacer para poder sostener a su familia. Fue así como inició el sueño de crear su propia marca.
Elsa María es cocinera profesional. Cuando su hija menor iba a entrar a la universidad a la carrera de Administración de Empresas, ella también quiso estudiar. Aunque no alcanzaba la plata para la matrícula de las dos, se las arreglaron vendiendo tortas, pandebonos y maduros. Así, cuatro años después, Elsa María se graduó junto a su hija.
Hoy en día su negocio recibe pedidos de muchas empresas para cubrir refrigerios en distintos eventos. Elsa María cuenta que han podido crecer gracias al apoyo que ha tenido desde REDMUNORCA, pues ha sido beneficiaria de proyectos donde le han otorgado dinero para comprar insumos e infraestructura necesaria para cumplir con los pedidos que le hacen.
Esta organización no sólo desarrolla proyectos enfocados al acompañamiento de los casos de violencias, sino que lleva a cabo talleres de liderazgo para promover el empoderamiento económico de las mujeres, como una forma de contrarrestar y prevenir los efectos de la violencia económica, que fue uno de los grandes retos durante la pandemia.
Antes de la pandemia la brecha entre hombres y mujeres ya afectaba la economía de las mujeres. Según un boletín de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, “en 2018 de las 13 millones de personas que se encontraban por debajo de la línea de pobreza, 7.8 millones eran mujeres y dentro de esta población 1.8 millones de mujeres se encontraban por debajo de la línea de pobreza extrema”. Mientras tanto, el Departamento Nacional de Estadística (DANE) reveló en 2021 que para el 2020 los colombianos debajo de la línea de pobreza llegaban cerca de los 21,5 millones de personas.
Según Zully Meneses, directora de la Corporación de Mujeres Ecofeministas Comunitar, la brecha de género incrementada con la pandemia afectó fuertemente la economía de las mujeres porque hasta el 2021, de acuerdo al DANE, el 77,2 % se desenvolvía en el trabajo informal y durante el confinamiento perdieron sus empleos, lo que produjo una disminución en los ingresos y dependencia económica.
Meneses agrega que en el 2021 las cifras de desempleo en mujeres en el Cauca aumentaron un 2,3 % por encima de la tasa nacional. Además, en relación al 2020, se incrementó en nueve puntos el desempleo en el departamento. Estas dificultades que tienen las mujeres para participar en el mercado laboral hacen parte de una violencia económica ejercida desde una sociedad patriarcal.
Sumado a esto, con el teletrabajo y pasando más horas en los hogares, por los roles socialmente asignados a las mujeres, tuvieron que hacerse cargo de las actividades de limpieza y cuidado familiar, lo que no sólo conlleva una sobrecarga sino una disminución en el tiempo para la educación y el ocio, vital para el desarrollo personal de cualquier ser humano, así lo explicó Barbara González, docente investigadora de la Facultad de Derecho de la Uniautónoma del Cauca.
En un informe de la Secretaría de la Mujer del Cauca se expuso que los efectos del Covid-19 sobre la economía de las mujeres en el departamento trajeron consigo un retroceso en el ya difícil camino hacía la autonomía económica. Las bajas tasas de participación en el mercado laboral, de ocupación y las altas tasas de desempleo pusieron en evidencia las desigualdades estructurales e históricas que han enfrentado las mujeres.
Ante este aumento de las violencias basadas en género, que incluyen la violencia intrafamiliar y la económica, quedan en el aire diversas preguntas que Co.marca buscó que fueran respondidas desde la institucionalidad a través de la Secretaría de la Mujer del Cauca. ¿Qué se pudo hacer para evitar estas violencias? ¿Qué hicieron desde la institucionalidad? ¿Qué medidas se van a tomar para que no se repitan esas agresiones? ¿Se están diseñando políticas públicas que protejan a las mujeres?, fueron algunas de las inquietudes que hasta el momento del cierre de este artículo no pudieron ser resueltas debido a que no fue posible concretar la entrevista con las autoridades competentes.
Nota: Los nombres de las mujeres que aparecen en las historias contadas en este texto, exceptuando el de Elsa María, fueron cambiados a petición de las fuentes y por respeto a las víctimas de VBG.
Esta producción fue realizada gracias al apoyo del Fondo de Respuesta Rápida para América Latina y del Caribe, coordinado por Internews, Chicas Poderosas, Consejo de Redacción y Fundamedios, y a la alianza periodística entre VerdadAbierta.com, Co.marca Digital, Radio Campesina de Inzá y la Escuela de Cine y Televisión Étnica de Santander de Quilichao.