Toro, toro, toro

por Edgar Alberto Caicedo Cuellar

A las cinco de la tarde.

Ya luchan la paloma y el leopardo

A las cinco de la tarde.

Y un muslo con un asta desolada

Muerte de Sánchez Mejía. Federico García Lorca

Se inicia la gran temporada taurina de América. Los castoreños resplandecen en las picas, y hay un olor a hierba y arena entre lunas y soles, hay un enjambre de claveles reventones, bocas de granada de miel en un ole…La fiesta brava.

La vivencia del mundo del toro de lidia implica un conocimiento que viaja y se conjuga con la presencia de la naturaleza en el ser humano, el toro lo dibujamos en las cavernas, en los abrigos rocosos, y el toro ha tenido un lugar prístino, un lugar de rojo mito.

Pero vamos a los capotes, el proyecto que busca restringir la corrida de toros de lidia pasó en segunda vuelta, momento crucial para el hacer cultural de Colombia ¿los colombianos vamos a permitir que a golpe de poliquetría se reprima, se acabe con la cultura del toro de lidia? América desde el momento mismo del contacto con el viejo mundo ha aceptado el toro de lidia en sus dehesas, y es que el toro de lida revitaliza la cultura, el toro es tal vez el último gran mito que persiste en occidente.

La cultura es esa fuerza humana que existe dentro de él, y quiere ser puesta en escena en su existencia, en el caso del mundo taurino a través de los siglos se ha logrado una estética: la del toreo en redondo; los que participamos del ritual de lances y paces, de verónicas y naturales, de afarolados y derechazos, de chicuelinas y manoletinas, precisamente reclamamos ese saber cómo derecho, y es que la cultura es asunto que siempre estará en continua discusión.

Los toros son hasta hora un ritual que guarda dentro de sí una enorme empuje cultural, en la pintura, Goya, Picasso, Botero, en la poesía Lorca por recordar un solo nombre, y gran parte de la generación de los poetas del 98 y el 27, la música y su gran tragedia: Carmen, y Hemingway Muerte en la tarde, son por la tauromaquia y muestran el mundo taurino.

Ahora bien, hasta cuándo los políticos violentando los derechos de otros buscan imponer su ideas en contra de los toros, y en contra de la cultura, y es que desde siempre a unos nos gusta unas cosas y a otros no; lo que no se puede permitir es que por voluntad de unos, la voz de otra sea cercenada.

Sí, el destino del toro de lidia es la plaza, la estética de la muerte, y pareciera rudo decirlo, el que va a la plaza de toros presencia el rito de la muerte, entra en el drama estético de la muerte, Hemingway dirá que “El arte de los toros es un arte ligado a la muerte, y la muerte lo barre todo. Pero no se pierde nunca, en el fondo”. Y no hay que olvidarlo el toro de lidia, recibe un nombre y desde él construye su faena.

Cada vez se entiende menos el mundo del toro, porque cada vez se entiende y se estudia menos el mundo de la naturaleza, la naturaleza en cada circunstancia de lugar y tiempo; igual que en la pesca de trucha, el pescador entra en el territorio del animal para tomarlo de su medio, por la física lucha de imponer su fuerza. Tiene algo de inexplicable eso, como lo tiene el amor, o el gusto por la embriaguez del vino.

El toro ahora tiene su gran lucha, extinguirse como raza por el político de turno, que nada sabe del mundo de grandes campos donde pastan las vacadas, estamos ante un momento crucial, los políticos desean imponer por la fuerza de un ley el olvido de una cultura, y a su vez la extinción en Colombia de la raza del toro, y a su paso los campos altivos donde ellos pastan. Es lamentable que los congresistas de este 2022 solo vean el espectáculo de la pesuña entintada en sangre, y no logren ver el acervo cultural y ecológico que otea en cada plaza cuando el toro rememora el mito de la muerte en el ruedo de arena y sol.

El toro el último gran mito de occidente.

Venga…

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