Romances de tren – La estación correcta

https://pps.whatsapp.net/v/t61.24694-24/311634619_864098601506894_8928947177143233066_n.jpg?ccb=11-4&oh=01_AdS9L7J_pP7Gkry78-9cntpuqT1Jc8nCa4LkJlZmTp9kJw&oe=63DE86A4Por Carlos Pantoja

La oscuridad había tomado ya el día como es el natural en la estación invernal aun siendo la temprana hora de las cinco de la tarde.

A esa hora, el frío nos invitaba a regresar a casa donde el calor de la calefacción hace más llevadero el invierno; me despedí de Mercedes en la puerta de entrada de la plataforma de salida, 13, pensando que era la plataforma donde esperaba por sus pasajeros, el tren que va con destino final, desde La Gran Estación de Manhattan a New Haven.

El mío era Larchmont, una de las paradas de la ruta; para estar seguro que tomaría el tren correcto pregunte a una mujer que se acercaba presurosa a una de las puertas del tren, sí aquel, haría parada en mi destino; con amabilidad respondió que sí, no obstante, verifico su celular, me miro sonriente y volvió a asegurarme que ese tren hacia parada en Larchmont; le di las gracias, en ese momento repare en su cara, aparentaba unos cuarenta años bien llevados, sus alegres ojos azules enmarcados en un cabello castaño claro, un tanto desordenado, me sonrieron interesados; enseguida ella entro al vagón y tomo asiento al lado izquierdo, en cambio yo, me adelante para estar más cerca del aviso luminoso de la cabina, que va anunciando las paradas, y, me senté dos bancas por delante al lado derecho; no había transcurrido un minuto cuando escuche que alguien me hablaba, era la misma mujer que decía que ella bajaría en Larchomont, y me indicaría el momento por si yo no sabía cuál de las paradas era la correcta, le di las gracia, mientras miraba su bella cara, en lo que no había reparado en la primera conversación; ella volvió a su asiento y yo a mis pensamientos solitarios.

Cuando llegamos a nuestro destino, ella se puso de pie igual que yo y me indico que esa era la parada, le agradecí y caminé delante de ella, salí al corredor y al poco ella estaba a mi lado preguntándome para que lugar iba, le dije la dirección, pero no me entendió seguro porque no pronuncié correctamente del nombre de la calle, entonces le indique la dirección en mi teléfono; está muy cerca dijo ella, yo lo confirme, pero no supe que más decir, mi ingles no es muy fluido, entonces, sin más, me sonrió y me deseo buenas noches.

Me quede pensando que la pregunta por mi dirección tenía la intención de ofrecer llevarme, quizá en el vehículo que la recogería o que tendría aparcado en la estación, nunca lo sabré.

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