Popayán, historia y cultura

Iniciamos nuevamente esta serie de artículos sobre aspectos payaneses reproduciendo partes de la nota escrita por Mauricio Candamil Llano de Unicauca sobre susexperiencias en su reciente viaje al “Parque Puracé”, “que es cuidado desde lo más alto por la montaña de fuego, más conocida como Volcán Puracé.”

Parque Puracé

De: Mario Pachajoa Burbano

Para llegar al Parque Puracé desde Popayán es necesario tomar un autobús o su vehículo particular, si es el caso, y recorrer 44 kms por unas de las vías que conduce al Huila, hacia el oriente del país. Por allí se llega a un sector conocido como El Crucero. Estando en ese lugar, debe tomar el camino que lo conduce hacia la mina de azufre y luego girar por otro que le indicará que, si recorre otro kilómetro, llegará al sector conocido como Pilimbalá. No se perderá porque el camino está bien señalizado.

En Pilimbalá encontrará cabañas donde alojarse a un módico costo, restaurante, piscinas de aguas tibias y la asesoría de los guardaparques de la Unidad de Parques Nacionales Naturales quienes no dudarán en darle la suficiente información y recomendaciones que requiera para llevar a cabo sus caminatas o visitas ecológicas. Además podrá recorrer un hermoso sendero de orquídeas, único en el país.

Parque Nacional Puracé

Este parque, se encuentra entre 2500 y los 5000 mts sobre el nivel del mar, y presenta temperaturas entre 15 y 2 grados centígrados. Por algo en este parque, dominado por páramos, ríos, lagunas y valles de frailejones, nacen los ríos más importantes y caudalosos de este país como el Magdalena, Cauca, Patía y Caquetá.

El cóndor de los andes

A muchas personas les han enseñado, desde la primaria, que el cóndor es el ave insignia de Colombia. Quienes han visto esta ave, lo han hecho en fotos, en el escudo de la nación, en el zoológico, en uno que otro programa de televisión, pero no muchos lo han visto volando sobre los andes colombianos. Ese es un privilegio que,para quienes aman y defienden la naturaleza, está muy al alcance de la mano, a sólo dos horas de Popayán.

Y es en el Parque Puracé en donde usted puede tener esta experiencia,

armándose solamente de paciencia para ver esta majestuosa ave, la cual seguramente aparecerá si se le lleva comida a un lugar conocido como La piedra del cóndor.

Por su condición de ave carroñera, entre más descompuesta esté la carne que le lleve al cóndor, mejor. De este modo aumentará las posibilidades de ver volando sobre su cabeza a esta hermosa ave con sus inmensas alas de color blanco y negro y su característico anillo de peluche blanco alrededor de su cuello.

Se dice que en el Parque Puracé quedan tres cóndores de los cerca de nueve que criaron y soltaron en el sector conocido como El Refugio, entro del programa de recuperación del cóndor, pero la mayoría de éstos han emigrado a otras regiones del país en busca de alimento, o por así decirlo, un mejor futuro.

Dos horas estuvimos observando cómo estas aves, que se diferencian una de la otra solamente por la cresta que lleva el macho sobre su cabeza, volaban sobre nosotros a muy corta distancia, extendiendo sus magníficas alas a lo largo y ancho de un majestuoso cañón dominado por los vientos fríos y fuertes de la región.

El Cóndor es considerado un símbolo nacional en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Es figura representativa en el folclore y la mitología de las regiones andinas sudamericanas.

Cañón formado por el río Bedón y sobre el cual cae con una estrepitosa fuerza, desde más de 100 metros de altura, la cascada de La Ermita, la cual se puede observar desde muy cerca a sólo 20 minutos de caminata del lugar de avistamiento del cóndor.

Un día pasado por agua

La primera y quizás más impresionante experiencia la tuvimos en las termales de San Juan, a 18 kms de Pilimbalá, sector en donde se encuentran otras cabañas de Sistema de Parques Naturales. Tras una corta caminata desde las cabañas se llega a este lugar dominado por los múltiples colores que dan las plantas, los musgos, las aguas verdes, azules y cristalinas que corren bajos lechos blanquecinos, tono que les da el azufre de las aguas termales.

A esta impresionante gama de colores se unió la de un cielo azul, dominado por el sol y por esporádicas nubes que cruzaban el horizonte. Además de las grandes piedras oscuras y melladas desde hace miles de años por las aguas del sector, que se levantan como guardianes silenciosos del sector. El ambiente en general es dominado por el característico olor a azufre, con el que uno se familiariza después de un rato de permanecer en el lugar absorto ante tanta belleza.

Luego, siguiendo nuestra ruta ecológica, llegamos al sector de San Nicolás, a 5 kms de San Juan, en donde encontramos otra cabaña de Parques Naturales, la cual está lastimosamente abandonada por obra y gracia del conflicto armado.

Desde un lugar de avistamiento, pudimos observar la cascada de San Nicolás.

Además, los biólogos que nos acompañaban encontraron huellas de conejos salvajes y venados, aparte de las de las huellas de danta que ya habían registrado en San Juan,como parte de los programas de monitoreo y conservación de la fauna del parque.

Cinco minutos después frente a nosotros nos encontramos con toda la Serranía de los Kokonucos despejada y nevada. Desde el volcán Puracé hasta el Pan de Azúcar, se podían observar claramente los contornos de las montañas con nieve, mientras al otro lado se formaba un espléndido atardecer rojo, azul, violeta, blanco, amarillo y anaranjado.

La montaña de fuego cubierta de nieve

Aunque el viento era fuerte, la neblina densa y el aire escaso logramos llegar al cráter del volcán, luego de un camino que nos llevó del páramo de agua y frailejón, pasando por el súper páramo, hasta llegar a la zona nival de grande rocas y paisaje árido.

El espectáculo era único, aunque en la distancia no se divisaba bien. Nieve que nos caía del cielo en medio del viento y que se afianzaba en la tierra en algunos sectores formando grandes capas blancas, la fumarola del volcán a escasos 50 mts y tras nosotros el cráter del gigante.

Luego de descender sin poder observar en su totalidad el cráter del volcán en su extensión y profundidad, el clima se apiadó de nosotros y nos dejó ver por que dicen que Colombia es uno de los países más bellos del mundo.

Frente a nosotros, hacia el norte estaba el Nevado del Huila totalmente despejado, al occidente, la cordillera occidental y el cerro de Munchique, tutelar del parque del mismo nombre, bajo otro colorido atardecer, de los mismos que se ven en Popayán, pero un poco mejor y a nuestros pies innumerables lagunas, caminos, valles de frailejones,

bosques húmedos, y dentro de éstos, sin dejarse ver, miles de animales que componen nuestra fauna colombiana.

El espectáculo natural pareciera mostrarnos que los parques del Cauca se miran entre ellos, se vigilan, se cuidan, y entre ellos protegieran la semilla de vida que albergan, la cual es ante todo nuestro futuro y el de nuestros hijos. Pero los parques no pueden hacer solos esta labor y necesitan de nuestra ayuda.

 

Frailejones

Preciosos paisajes se encuentran en el.

 

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