Los Planes de Desarrollo: el cómo y lo que no es

Columna de opinión

 

Por Juan Carlos Zambrano Arciniegas – Experto en Planeación e implementación del Desarrollo Territorial.

En los próximos días, debe iniciarse en el país la discusión formal sobre uno de los componentes más importantes para el progreso de nuestras regiones: el nuevo Plan  Nacional de Desarrollo, el cual, permitirá entender un poco más, las claves del puerto de llegada del actual Gobierno en su proceso transformador.

Por tal razón, es en estos momentos cuando se debe tener absoluta claridad sobre los centros de discusión y los puntos de llegada para los 4 próximos años y también para ir ambientando y teniendo en cuenta, que esta misma situación estará latente en las elecciones de Alcaldes y Gobernadores

La discusión de este Plan o cualquier otra iniciativa  de la Administración Pública, tiene un sin numero de dimensiones, las cuales no se podrían desarrollar en este breve espacio, pero creo necesario e importante, llamar la atención sobre 2 de ellas y plantearlas: el cómo se logrará lo enunciado en el Plan y la importancia de la focalización de los esfuerzos para saber qué se puede realizar y qué  no, para ser realistas. 

Los planes de desarrollo deben avanzar aún más, en contar con  una mejor información que soporte las decisiones. No por lo enunciado, quiero decir que no se tengan soportes, ni información; lo que menciono es que debe llegar a un nivel más detallado. Veamos un ejemplo.  Pensemos en el próximo Plan Nacional de Desarrollo y que en éste, quede explicita la aspiración regional del proyecto vial Popayán – Pasto.

Es fundamental tener aún, en mayor detalle, respuestas a diversas preguntas. ¿Cuál sería el valor total de la inversión?, ¿Cómo se va a lograr su ejecución?, ¿Cuánto será el tiempo de ejecución?, ¿Será en 4 años?, ¿Cuánto se ejecutará de recursos cada año? ¿De que fuente saldrán estos recursos?, ¿Cómo será la Gobernanza para lograr la ejecución del proyecto?, ¿Cuándo estarán las licencias ambientales?, ¿cuanto pueden demorar las consultas previas? ¿El proyecto necesita vigencias futuras?, y otras más.

 Si estas preguntas tienen las respuestas en el Plan o en sus soportes de política sectorial o de los planes sectoriales, será más sencillo para la ciudadanía tener claridad en la ejecución. Para quienes hemos ejercido la Administración Pública, es claro que pasar de la planeación a la ejecución es bastante complejo e igual pasar del pensar, al decir y al hacer. Por tal razón es mejor tener detallado, el cómo.

El segundo punto está relacionado con la focalización de esfuerzos.  Imaginémonos las necesidades de los diferentes sectores y de las diversas  regiones;  en el ejemplo anterior solo mencioné un proyecto, y del sector vial, pero así, existen necesidades en salud, educación, comunicaciones, y otros frentes, y esto se repite en las diferentes regiones. Es por esta razón, que los planes  deben ir mas allá de una sumatoria de necesidades sectoriales y que estos definan lo que puedo y voy a hacer, y  también lo que no puedo y no voy a hacer. 

Si los planes logran tener un mejor detalle de estas 2 dimensiones, considero que será más  sencillo explicar las acciones de lo que se está realizando por parte de los gobiernos, y responder así a lo que necesitan nuestras comunidades. 

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