Tres años sin saber de Narly

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Por Sofía López Mera – Abogada defensora de Derechos Humanos de la Corporación Justicia y Dignidad

¿Dónde está Narly? Es la pregunta que familiares, amigos, acompañantes y organizaciones sociales y de mujeres nos hacemos. ¿Dónde está mi mamá? se pregunta su hija desde los cinco años, quien le sigue escribiendo cartas de amor en días de la madre y en los días de cumpleaños, esperando por su regreso. ¿Dónde está Narly? le preguntamos al Estado Colombiano a través de derechos de petición dirigidos a la Cancillería Colombiana y de informes radicados ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sin que se obtenga respuesta efectiva. Han pasado tres años exactos desde la desaparición forzada, no sabemos del paradero de la víctima y el caso se encuentra en la más aberrante impunidad.

Narly Gómez Jiménez, fue desaparecida forzadamente el día 27 de enero de 2020 y la última persona con quien fue vista fue su excompañero sentimental y padre de su hija, el militar Ever Yobany Muñoz Imbachi en zona rural de Popayán. Ever Yobany era soldado profesional adscrito al Grupo de Caballería Liviano Meteoro.

Narly Gómez Jiménez, desaparecida. / Foto suministrada.

El 27 enero de 2020, Narly y su menor hija se trasladaron a un colegio para realizar diligencias de matrícula para la menor (última imagen en video de Narly registrada por una cámara de seguridad cerca de la institución educativa). Posteriormente y por averiguaciones de la familia se supo que Narly, Ever Yobany y su hija se trasladaron a una zona rural de Popayán a ver unos lotes. La niña manifestó que el día de los hechos su papá se había ido con su mamá y que la dejó encerrada en una casa de paredes de tierra y luego llegó sólo y con los brazos manchados de sangre. Otros testimonios que obran en el proceso penal indican que la pareja bajó discutiendo en dirección a un río y que de regreso el militar subió mojado, sin camisa y bastante asustado. Ever Yobany se trasladó en una camioneta alquilada, hasta el corregimiento de Guachicono (municipio La Vega), junto a su hermana Ruby Muñoz, en este lugar pretendieron regalar a la niña a unos familiares quienes no quisieron recibirla porque no tenía autorización de Narly. Por ello, la niña fue dejada donde la madre de Ever Yobany, posteriormente la señora les entregó la menor a los familiares de Narly.

Por este caso, el día el 22 de abril de 2020 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos – CIDH le otorgó medidas cautelares tras considerar que se encuentran en situación de extrema gravedad e instó al Estado colombiano a actuar inmediatamente ordenando medidas para dar con su paradero.

Desde el 16 de diciembre de 2019 ante la fiscalía Narly había denunciado al militar sobre la violencia intrafamiliar de la que venía siendo víctima, nadie protegió a Narly a pesar de que ella denunció oportunamente y Narly finalmente se encuentra en situación de desaparición forzada.

Los familiares de Narly han realizado búsquedas sin institucionalidad en la zona rural de los municipios de Timbío y Rosas apoyados por la solidaridad de vecinos, amigos y lideresas sociales que buscan a los desaparecidos en el Cauca. Las Fiscalía Primera Especializada y La Fiscalía séptima especializada demoraron por nueve meses una orden de captura contra el presunto responsable, y posteriormente informaron que el militar habría sido asesinado en extrañas circunstancias en el departamento del Huila. Luego de exigir pruebas de ADN para la efectiva identificación del militar, ahora la Fiscalía Primera Especializada presiona para la preclusión y archivo de la investigación. Se teme que con el archivo de la investigación el caso forme parte de los anaqueles polvorientos en donde no es posible el restablecimiento de los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación para las mujeres victimas de las violencias basadas en género.

De nada sirvió que el caso este en conocimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ni que se adelanten reuniones de concertación de alto nivel coordinadas con la Cancillería Colombiana ya que la Fiscalía General de la Nación y los funcionarios judiciales en el departamento del Cauca no conocen del derecho internacional de los derechos humanos, ni de los mecanismos internacionales de protección , adelantando procesos sin el cumplimiento de los principios de la debida diligencia y sometiendo a los familiares de las víctimas a procesos de revíctimización con graves consecuencias emocionales. Que difícil ha sido que el director seccional de fiscalías de Popayán en el marco del pronunciamiento internacional pueda enviar el proceso a una fiscalía especializada destacada en género o a una unidad para las violaciones a los derechos humanos. O que la fiscalía titular ordene búsquedas especializadas con personal idóneo. Las búsquedas de Narly por parte de las instituciones judiciales del Cauca no pasaron de ser formatos digitalizados y promesas para el diseño de rutas que jamás se conocieron ni se recorrieron. Los familiares de Narly siguen buscando sin institucionalidad a la mujer desaparecida.

¿Dónde está Narly? rezan varios carteles y fotografias sostenidos por familiares y amigos que hacen un plantón en el parque Caldas de la ciudad, a los tres años de su desaparición forzada.

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