Cuatro signos que hacen débil un líder

Por: Cayo Bentancourt  

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er líder no constituye un derecho adquirido, ser líder establece una obligación con el equipo de trabajo y el grupo que se representa. En este artículo se discutirán cuatro elementos que contribuyen a debilitar el liderazgo y cómo evitarlos. Es importante resaltar que liderazgo no significa generar acciones por la fuerza o el miedo, un verdadero líder es capaz de atender las necesidades del entorno y proveer la mejor sinergia entre los miembros del equipo para generar resultados sobresalientes al tiempo que se sirve a la comunidad.

Decisiones gobernadas por emociones

Cuando las emociones gobiernan las decisiones, se observan comportamientos erráticos y predecibles. Un verdadero líder debe tener inteligencia emocional para entender cuando las situaciones son personales y cuando se pueden diferenciar críticas a los servicios o productos que ofrece. Es fundamental diferenciar la retroalimentación de un ataque personal, un líder fuerte entiende que las situaciones adversas son pasajeras y su trabajo es apoyar la solución de inconvenientes sin que estos afecten su salud física o mental.

Egoísmo 

Un líder egoísta pierde el sentido de su equipo y desdibuja las necesidades individuales transformando requerimientos personales en problemas puntuales. La falta de visión general y conciencia de las necesidades del grupo bloquea oportunidades a las personas y genera inconvenientes en el entorno. Este tipo de situaciones lleva a un proceso pobre de gerencia donde las personas se enfocan en los entregables comprometidos sin analizar las necesidades de desarrollo personales o de su equipo. Cuando existe negligencia frente al desarrollo profesional de las personas, puede observarse un proceso egoísta al punto de evitar oportunidades externas bloqueando la visibilidad profesional de las personas.

Relaciones desbalanceadas

La cercanía desbalanceada con uno o varios miembros del equipo genera discrepancias frente a la relación con las personas y finalmente se percibe desconfianza. Mantener una distancia de los miembros del equipo crea una barrera en la comunicación y evita la solución directa de problemas, este comportamiento se percibe como un proceso egocéntrico donde los gerentes no se mezclan con los empleados. Adicionalmente, excesiva confianza y camaradería con el equipo diluye responsabilidades, respeto y eficiencia; este tipo de situaciones pueden generar malentendidos y asociarse con agresiones sexuales. En resumen, es necesario tener relaciones equilibradas con los miembros del equipo, fijar expectativas y responsabilidades claras para evitar líneas difusas entre relaciones personales y laborales.

Retroalimentación ambigua

Proveer retroalimentación a los miembros del equipo es fundamental para un desarrollo sano y equilibrado. Cuando la retroalimentación es ambigua o le falta honestidad, se pierde el sentido de apoyar un proceso constructivo, disminuye la creatividad y permite interpretaciones divergentes frente a los hechos. El proceso de retroalimentación debe ser privado, concreto y generar actividades claras para mejorar el desempeño en situaciones futuras, estas actividades pueden ser concertadas con el líder o de carácter privado, lo importante es evitar cometer errores de nuevo.

Existen otros errores que generan inconvenientes para el desarrollo del liderazgo, entretanto un líder sea consistente y sirva a su equipo, habrá espacio para desarrollar sus capacidades y generar un crecimiento orgánico, consistente y armonioso con el entorno.

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