Las personas tóxicas generalmente buscan envolver a otros en el caos para causar sentimientos negativos, en este contexto es importante entender la situación y evitar involucrarse emocionalmente.
Por: Cayo Betancourt
@cayobetancourt / [email protected]
L
os entornos laborales pueden convertirse en una pesadilla cuando una o más relaciones son tóxicas, las cuales generan malestar e inconformidad en las personas. En este artículo se describen las situaciones que llevan a una relación tóxica y las estrategias que se sugieren para evitarlas.
Es importante identificar dichos comportamientos porque pueden tener un origen ambiguo, ya que algunas personas son inconscientes de su actos y otras lo disfrutan de manera maquiavélica indica el Dr. Travis Bradberry; especialmente cuando existe una predisposición para entablar relaciones difíciles o el carácter de las personas influye negativamente en la convivencia diaria.
Las microagresiones constituyen un factor negativo en las relaciones, especialmente cuando existen lazos de poder y las personas deben permanecer en dichos entornos por la imposibilidad de cambiar de empleo. Un entorno permisivo donde el respeto tiene una línea fina y algunas veces difusa se presta para abusos y situaciones incómodas, especialmente hacia las minorías, cuyas preferencias o condiciones se pueden tomar como punto de partida para generar un ambiente tóxico a través de comentarios malintencionados.
Desafortunadamente algunos gerentes aún piensan que los empleados trabajan mejor bajo presión, generando un constante estado de estrés y malestar en los equipos, erróneamente relacionado con una formación férrea; con el auspicio silencioso de un gerente que permite ciertos comportamientos para que se ejecuten las tareas. Contrario a esta creencia, la creatividad y los procesos cognitivos decrecen en estas situaciones, donde se refleja un sentido primitivo que involucra la amígdala en un esquema luchar o huir, asociado a un instinto de supervivencia en el cual la corteza pre-frontal recibe menos sangre, afectando el pensamiento racional. Este contexto no debería estar relacionado con actividades cotidianas donde el placer de concluir una labor dista en algunos casos de un ambiente de trabajo sano.
Las personas tóxicas generalmente buscan envolver a otros en el caos para causar sentimientos negativos, en este contexto es importante entender la situación y evitar involucrarse emocionalmente. Aunque algunos encuentran difícil definir límites, es necesario identificar el punto de quiebre para no adentrarse en este, por lo tanto evitar la curiosidad permite mantener una distancia sana, donde la comunicación llega al punto de hacerlo por demanda en el sentido estrictamente necesario.
Las personas tóxicas son manipuladoras, críticas y egocéntricas aunque estas características se exteriorizan de manera diversa, es necesario identificarlas para evitar involucrarse en situaciones que afecten la estabilidad emocional. Para esto es necesario ser franco y hacer de sí mismo una prioridad.
Finalmente, las relaciones laborales tóxicas tienen una consecuencia negativo en el largo plazo, afectando la salud física y mental de las personas involucradas. Se sugiere buscar ayuda dentro del equipo de trabajo y generar grupos de apoyo que permitan confrontar la situación para evitar problemas mayores a largo plazo, este apoyo requiere servicios profesionales involucrando el equipo de recursos humanos. Es necesario indicar que ciertas personas presentan resistencia al cambio, especialmente cuando la cultura corporativa tiene una capa profunda que difiere ampliamente de los principios y estrategia corporativa presentada al público.