Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico El Nuevo Liberal
Los monumentos que se han erigido para honrar la memoria de personas de la historia de Popayán y Colombia casi no representa interés en la mayoría de los ciudadanos en su diario vivir, algunas están ubicadas en espacios aislados y poco frecuentados; en algunos casos se sabe que existen pero no brindan información que de un contexto de la representación plasmada en la fundición.
Aunque las estatuas puedan estar en su pedestal, ya hace rato las bajaron de ellas sin necesidad de tumbarlas, es muy poco lo que representa para las nuevas generaciones de ciudadanos que no conocen de historia y en ocasiones sí se sabe de la historia esta puede estar sujeta a algunos interés particulares. La realidad es que por muchas estatuas que existan y se pongan en los parques públicos, estas no valen ni representan nada si no están contextualizadas en la cultura y tradición de las sociedades que han vivido y construido la ciudad y el país.
La fase coloquial “lo bajaron del pedestal” hace alusión a que se baja de una posición emblemática a una persona en vida que con méritos o no consiguió ser digno de reconocimiento, además, se le otorga esa frase a quien puede ser muy orgulloso o egocentrista ante los demás creyendo tener un poder que pierde de la misma manera como consiguió llegar a lo alto.