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Jazmín Muñoz Yela
En nuestro recorrido habitual por los barrios de la ciudad, estuvimos el pasado 17 de julio en el barrio Bolívar, con un sinfín de temas por abordar, muchos fueron tocados en la edición del sábado 28 de julio, pero hay uno que nos generó más inquietudes, que no podía pasar por alto, la Escuela Gerardo Garrido adscrita al Instituto Técnico industrial.
Si usted va por el barrio Bolívar, más exactamente en el sector de la plaza de mercado, usted se encuentra venta de papa, arroz, gallinas, carne, animales vivos y todo aquello que no se encuentra en un súper mercado, se encuentra, lo que pocos se imaginarían es que en medio de todo eso haya un centro educativo, y así es, ahí en medio de carretillas, caballos y bultos está la Escuela Gerardo Garrido del Instituto Técnico industrial, un espacio que necesita espacio para existir.
Hablando con Carlos Alfonso Astudillo Salazar, coordinador de la sede Gerardo Garrido del Instituto Técnico industrial, nos dejó ver un poco el panorama de esta escuela y lo que no se dijo, pero se debela en la conversación, es el abandono por parte de los entes gubernamentales.
“En el momento hay 38 estudiantes, de grado cero a Quinto. Hay en grado cero cinco; en primero seis; en segundo diez; en tercero cinco; en cuarto tres y en quinto nueve estudiantes, para ellos hay tres docentes multigrado, un docente por dos salones”, dijo Carlos Alfonso Astudillo Salazar.
Ahondando un poco en la historia, la Escuela Gerardo Garrido fue una de las primeras escuelas de Popayán y el panorama era otro completamente. Hasta el año 1990 a 1995 la institución tenía un lleno total, pero poco a poco la galería la fue absorbiendo.
“Cuando llegué en el 2015 a la institución había 58 niños. La razón de esta falta de estudiantes es, la plaza de mercado, la cual fue absorbiendo poco a poco la escuela, prácticamente está rodeada. A la gente no le gusta matricular, porque acá hay problemas para el ingreso en las mañanas por vehículos, carretillas, personas y como esto es una zona de tolerancia hay consumidores de droga, bares, trabajadoras sexuales. Ese ambiente no le gusta a nadie, por eso en su mayoría los estudiantes que hay aquí son hijos de vendedores de la galería”, indicó aclaró Carlos Alfonso Astudillo.
La población estudiantil de la escuela proviene de los hijos de los vendedores, cada día hay más almacenes y bodegas y menos habitantes, menos estudiantes y por ende menos posibilidades para la institución. Pero esta está en la posibilidad estudiantes de otras partes, pero dadas las condiciones, nadie quiere mandar ahí a sus hijos.
“Un estudiante que no sea hijo de los vendedores difícilmente lo van a matricular. Acá ya no es residencial, sino almacenes, ferreterías, agro insumos. En el último año se ha venido trabajando la adecuación de la galería, pero como institución no hemos tenido apoyo en cuanto a matricula. Lo mismo pasó con la Filomena Segura, fueron disminuyendo los estudiantes hasta que la escuela fue cerrada, nosotros tenemos la preocupación que pase lo mismo. Hemos hecho campañas convocando pero no llegan los estudiantes”, agregó Carlos Alfonso Astudillo.
La institución tiene una capacidad para albergar unos 160 estudiantes y a la fecha solo hay 38 descendiendo ese número cada año, de forma notable.
La pregunta e inquietud es para la secretaría de Educación y administración municipal, quienes no se han manifestado a la fecha y de quienes seguimos esperando una respuesta, porque el derecho al trabajo no debe primar por encima de la educación.
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