ÁLVARO JESÚS URBANO ROJAS
Procesión que se realiza en Popayán desde 1898, año en el que el país sufría un conflicto político conocido en la historia como la Guerra de los mil días, entre el Partido Liberal, al mando del General Rafael Uribe Uribe y el gobierno del Partido Nacional, en cabeza del presidente Manuel Antonio Sanclemente. Sanguinaria confrontación con las guerrillas liberales, al mando en el Cauca del General, Avelino Rosas, enfrentado en franca lid al líder indígena, Manuel Quintín Lame Chantre, quien participó del lado Conservador.
La guerra llenó las cárceles de prisioneros políticos, muchos de ellos Liberales prestantes de la sociedad payanesa; sus esposas, preocupadas por su suerte, hicieron ingentes esfuerzos para visitarlos y poder llevarles alimentos, lográndolo el martes santo del año 1898, con ayuda de un sacerdote que celebraría una misa dentro del centro penitenciario y con el apoyo de Don TORIBIO MAYA, conocido como el apóstol de la caridad y cuya beatificación se tramita ante el Vaticano. Ellas llenaron las calles camino a la cárcel con viandas de manjares exquisitos. El generoso despliegue de la bondad ciudadana, motivó a que Don Toribio Maya, organizara anualmente, la filantrópica labor conocida como “LA COMIDA DE LOS PRESOS”.
En 1931, al morir TORIBIO MAYA, su mano derecha, NICOMEDES ARCE, asumió la organización del evento procesional. Una labor de familia, apoyada de manera incansable por su hijo VICENTE ARCE, quien, al morir su padre, continuó como procurador de la tradición, en compañía de su nieta, BLANCA RUTH HORMAZA ARCE, preparando año tras año, comida para más de 1.000 internos. En 1984, al morir el señor VICENTE ARCE, BLANCA RUTH, continuó como organizadora del evento, además complementaba la entrega de alimentos, con ropa, implementos deportivos y lúdicos, donados por entidades públicas y privadas, así como de personas piadosa de Popayán.
Antiguamente, la procesión salía de la iglesia de San Francisco, haciendo el mismo recorrido de las procesiones de Semana Santa, en forma de Cruz latina. En 1984 el recorrido cambió y la procesión terminó en el colegio San Agustín. Lo encabezaban las escobitas, luego la Cruz Alta, la Banda de la Policía, las donaciones en andas de madera, lo presidía el arzobispo de la época con representantes del clero, cerrando el desfile la Banda del Ejército Nacional; en los andenes tal y como lo hacen los alumbrantes en la semana santa, caminaban estudiantes, llevando paquetes con frutas, golosinas y elementos de aseo. Los presentes eran entregados al Centro Penitenciario San Isidro, a la Penitenciaría El Proceso, a la Cárcel El Buen Pastor, al Asilo San Vicente, al Asilo de Belén y a las Hermanas de la caridad Luisas de Marillac.
Hasta 1986, a la procesión se le denominó “Comida de los Presos”, fecha en la que su organizadora y el arzobispo de la época, desistieron en continuarla. Posteriormente, entre 1987 y 2017, la organización la asumió la Unión de Voluntariados del Cauca “UNIVOLCA”, dejando de donar alimentos preparados por alimentos no perecederos como granos, abarrotes, artículos de aseo personal y dispuso tener como beneficiarios los ancianos más necesitados de la ciudad, razón por lo cual, se cambió el nombre a “Procesión de la Caridad”, iniciaba su periplo en la Iglesia San Francisco hasta el Asilo San Vicente.
Desde el año 2018, la organización de la “Procesión de la Caridad”, se encuentra a cargo del Grupo Juvenil de la Fundación Junta Permanente Pro Semana Santa y el desfile transcurre desde la Iglesia San Francisco hasta la casa de la Junta, con la participación del gremio semanasantero, y la ciudadanía en general. Los donativos se han entregado al Hospital Universitario San José, al Albergue Julia Chaux de Rojas, a la Casa de Abuelo, al Cottolengo del Padre Alegre y a fundaciones de protección animal.
Ni la emergencia sanitaria causada por el COVID 19, impidió la realización de este acto con sentido social, ya que, en los años 2020 y 2021, si bien, no se hizo desfile procesional, si se acopiaron las ayudas y fueron entregadas a comunidades vulnerables de la ciudad.
Aprovecho estas líneas para invitar a las instituciones, empresas privadas y ciudadanía en general, a que se vinculen con esta bella tradición, exaltado el sentimiento de caridad de los payaneses, en favor de los menos favorecidos que tanto necesitan de la generosidad ciudadana y retomar el fervor y la gran participación con el que se celebraba antiguamente.
Este año, el evento se realizará el martes santo 12 de abril, quienes deseen apoyar, pueden comunicarse a través de las redes sociales del Grupo Juvenil o al correo electrónico .