ALVARO ORLANDO GRIJALBA GÓMEZ
Sin una Registraduría Nacional, libre de toda sospecha y de toda sombra de duda, después del descalabro del pasado 13 de marzo en las elecciones parlamentarias, el país no puede ni debe ir a las presidenciales del 29 de mayo, con el actual Registrador Alexander Vega, como tal, pues lo ocurrido en ese importante organismo es de suma gravedad, gravísimo para la democracia colombiana, notificada que algo raro y oscuro viene ocurriendo en esa entidad, pues no son normales tantas inconsistencias de más de un millón de votos entre pre conteo y escrutinios de Senado, y más de medio millón en Cámara, y a estas alturas aún quedan por definirse curules.
Lo menos que esperamos los colombianos, es la renuncia del cuestionado Registrador, que hace rato debió irse, dar un paso al costado, o las entidades encargadas de investigar actuaciones de funcionarios públicos, haberlo suspendido por fallas en el servicio, ineptitud en el ejercicio de sus funciones, por la dudosa asignación del software para la consolidación y transmisión de datos, por la selección y falta de capacitación de jurados que actuaron incorrectamente, quienes también deben ser investigados, pues hubo de todo, formularios de registro de votos con sumas incorrectas, manipulación, tachones, correcciones indebidas, todo un laberinto de irregularidades y fallas, que jurídicamente acarrean responsabilidades disciplinarias y penales, máxime cuando la Procuraduría y la Fiscalía ya tienen en sus manos, todo el acervo probatorio necesario, para proceder de inmediato y sin más dilaciones, pues es necesario cuanto antes, nombrar en su reemplazo un Registrador ad hoc.
Parece que aquello que: “el que escruta elige”, fuera el lema del actual Registrador, con el escandaloso y funesto episodio de las maleabilidades de los resultados en el proceso para elección de Congreso, y consultas presidenciales que vimos todos los colombianos.
Total desconfianza tiene hoy el país en la Registraduría de este señor, ante el estruendoso fracaso de su gestión y la duda generada sobre la transparencia y seriedad en la información a él confiada.
Defraudó a los colombianos, por tal razón debe designarse otro registrador que dé seguridad al próximo proceso electoral del 29 de mayo cuando se elegirá al Presidente de la República, que ofrezca las garantías que Colombia necesita para blindar de cualquier olor a fraude estas cruciales y reñidas elecciones presidenciales, y no exista probabilidad alguna que cualquier candidato se niegue a aceptar los resultados electorales.
Estamos a escasos 35 días de la primera vuelta presidencial, y parece que la Semana Santa hubiese hecho olvidar tan espinoso tema, y que los entes de control tuviesen engavetadas las investigaciones, y la separación inmediata de este cuestionado funcionario, pues hasta ahora no se han pronunciado. Lo cierto es que este señor Vega, debe salir de la Registraduría, para que tan importante entidad notarial de la democracia colombiana, recupere la confianza y la credibilidad perdidas, por la incompetencia e incapacidad, de buena o mala fe, de un funcionario que ha sido inferior a las responsabilidades históricas que le fueron confiadas, como es avalar y resguardar la voluntad popular del pueblo colombiano expresada con su voto.
¡Hace rato debió salir!
LA CASA ARTE Sinceras felicitaciones a quienes tuvieron el gran acierto de armar La Casa Arte, durante la Semana Santa y la primera semana de Pascua, en la antigua casona de la familia Perafán Simmonds, en la Pamba, para mostrar maravillosa retrospectiva de extraordinarias y bellísimas obras de arte de autores payaneses y caucanos, en espacio lleno de afectos y entrañables recuerdos, especialmente para María Estela Perafán Simmonds gran escultora y pintora, su gestora, con obras de los Maestros Iván Valencia, Ever Astudillo, Adolfo Torres, Renzo Fajardo, Rodrigo Valencia Quijano, Víctor Paz, Esperanza Polanco, Sandro Velasco, Mathías Maumont y otros. Preciosa muestra de los valores artísticos de nuestra tierra que ojalá se repita muchas veces. Enhorabuena.