SEBASTIÁN SILVA-IRAGORRI
Me ha causado una profunda tristeza el fallecimiento de Guillermo Alberto. Su trayectoria vital, social, política, periodística, empresarial e internacional fue muy amplia y de importantes repercusiones en todos los sentidos. Fue un hombre pragmático, buen orador, gran escritor y de intensa actividad pública. Fue exitoso en las administraciones oficiales y privadas y mantuvo un largo y prolongado liderazgo en la región a través de sus ideas y su presencia en prácticamente todos los actos que tuvieran que ver con el progreso del Cauca y Popayán.
Desempeñó los cargos públicos más importantes: Concejal de Popayán, Alcalde de la ciudad, Rector de la Universidad del Cauca, Presidente del Banco del Estado y de la antigua Caja Agraria, Gobernador, Representante a la Cámara, Senador, Embajador y Ministro de varias carteras.
Conmigo Guillermo fue muy deferente y en todas las ocasiones mantuvimos una franca amistad y nunca se interpuso la política para mantener nuestros vínculos familiares y sociales. Me acuerdo cuando recién elegido Gobernador del Cauca me ofreció la Secretaría de Gobierno Departamental la cual acepté como un compromiso de colaboración con Guillermo y con el Cauca. Trabajamos intensamente dentro de un ambiente de armonía, respeto y cordialidad. Me comentó que le había expresado a su secretaria que cada que se ausentara de Popayán el encargado de la Gobernación sería Sebastián y así estuve más de 20 veces como encargado de la Gobernación del Cauca, título que llevo con mucho orgullo dentro de mi hoja de vida administrativa. Hago memoria de los Consejos de Seguridad en donde tomábamos importantes decisiones que nos servían para afianzar la tranquilidad y confianza de los caucanos. Logramos crear más de 50 mesas de diálogo en el Departamento y pude nuevamente recorrer el Cauca en su totalidad. Siempre me decía que yo debía tener un doble, pues andaba por todo el Cauca y mi trabajo en la Secretaría lo mantenía al día. Recuerdo una tarde en que después de un largo Consejo de Gobierno me llamó a su Despacho privado en la Gobernación y me mostró con mucho orgullo un cuadro que acababa de colgar allí con la imagen de nuestro común antepasado Mariano Mosquera y Ayala, hermano de Francisco Mosquera y Ayala, ambos hijos de Bartolomé Mosquera y Arboleda. Repasamos las genealogías y encontramos diversos parentescos y logramos así descansar un poco del ajetreo diario y difícil de la Gobernación. Hoy tengo en mi casa un cuadro igual con la imagen de Don Mariano Mosquera y Ayala, bisabuelo de mi abuela materna.
Guillermo fue un hombre combativo, pero también con oponentes fuertes que no lograban asimilar sus triunfos y ascensos políticos.
En el sector Agropecuario fue exitoso y obtuvo importantes resultados que marcaron nuevas rutas productivas desde su hacienda en el Patía.
Recuerdo sus debates, sus discursos, sus escritos, sus alegaciones y sobre todo su fácil forma de argumentar y sostener sus puntos de vista.
Socialmente era persona de muchos amigos, de sólida y fácil conversación, de amplia simpatía y anécdotas por doquier. Escribió infinidad de artículos, ensayos y libros sobre el acontecer de Popayán, el Cauca y Colombia.
Otra de sus obras importantes es el Congreso Gastronómico de Popayán que año tras año se afianzó con su dirección y luego con su permanente orientación.
Ha fallecido un gran hombre, un colombiano integral, que amó con lealtad al Cauca y Popayán y les entregó sus mejores años con un servicio abnegado, inteligente y continuo.
A sus hijos, nietos, hermana, cuñada, sobrinos y todos sus familiares mi expresión más profunda de pesar y mi abrazo solidario en estos momentos de dolor.