Gratitud (3)

JESÚS ARCOS SOLANO

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Laboran en el país afortunadamente grupos, asociaciones, corporaciones y otras entidades comunitarias que prestan un servicio humanitario y solidario; y sin mirar sacrificios, exponen hasta su propia vida por ayudar a sus semejantes. Se los ve en las grandes tragedias, catástrofes, terremotos, inundaciones, avalanchas y otros desastres más, cumpliendo una labor de buena voluntad, sin esperar retribución, y a veces ni las gracias. Solo Dios los protege. Dentro de estas agrupaciones se pueden mencionar entre otras: La Policía Nacional, El Ejército Nacional y demás fuerzas, El Cuerpo de Bomberos Voluntarios, La Defensa Civil, Los Médicos Voluntarios, La Oficina de Desastres y muchos voluntariados que se suman para colaborar desinteresadamente en labores de apoyo. Todos ellos se olvidan de sí mismos, de sus familias, y todo lo hacen con una entrega total. No ven peligros, dificultades; haciendo lo imposible para salvar vidas. Confían en la Divina Providencia. Es evidente su capacidad, su espíritu solidario. Su deseo, es servir con tesón para conseguir sus nobles propósitos. Es palpable su presencia en tragedias como Armero, Popayán, Mocoa y tantos lugares, víctimas de fenómenos naturales, donde han fallecido personas, que jamás imaginaron una muerte tan cruel. Aquí han estado los diferentes grupos de salvamento, cubiertos de fango, empapados, sudorosos, ropa raída, heridos, trabajando de día y de noche con la nobilísima misión de salvar personas a cualquier precio. Esa dedicación, esa entrega, sale a relucir en estos casos. Es de admirar su sensibilidad humana; parece que hubieran nacido para hacer el bien; no cabe el egoísmo ni la incomprensión. Estos servidores, merecen que hagamos un alto en el camino, y con sinceridad reconocerles y agradecerles tantos beneficios que en favor del prójimo han realizado. Somos desagradecidos, indiferentes, y no tenemos en mente un gesto de afecto con ellos. Nos contentamos con mirar y hablar y hasta criticar. Estos voluntarios deben tener en nuestro corazón una voz de aplauso y un muchas gracias. Hoy por ti, mañana por mí. Nunca estamos libres de un mal momento.

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Entre estos servidores de la humanidad, son dignos de admirar los Bomberos Voluntarios, cumplen variedad de actividades; hasta retirar de las casas enjambres de abejas. Cuando nos descuentan una cantidad, que no es cuantiosa, lanzamos el grito al cielo en señal de descontento. Mejor miremos el servicio que prestan.

Todos estos grupos requieren de nuestra parte el apoyo permanente y el reconocimiento sincero por esa tarea tan loable que realizan en favor de la comunidad.