Plagado de dificultades, el personal de la salud de Popayán estuvo al frente de la pandemia

La deserción del trabajo, la brecha salarial y la incertidumbre frente al comportamiento del Covid-19 fueron algunos de las dificultades que tuvieron que enfrentar los equipos médicos, de enfermería y administrativos en la capital de Cauca. La vocación de servicio fue el impulso de muchos para estar en la primera línea de atención.

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Un estudio liderado por las universidades de Chile y Columbia, con la colaboración de la Organización Panamericana de Salud (OPS), titulado The COVID-19 Health care workers study (HEROES), evidenció que entre el 14,7% y 22% del personal de salud presentaba episodios depresivos.

El temor al Covid-19 por parte del personal de la salud en Cauca se materializó el 17 de marzo de 2020, cuando se confirmó el primer contagio: un hombre de 61 años de edad, que había estado en España y dos días atrás registró los primeros síntomas. Para ese entonces no se tenía certeza del comportamiento del nuevo coronavirus que se propagaba a toda velocidad por el mundo.

A la par, la información sobre este patógeno, surgido en China, se renovaba día a día con datos de diversas investigaciones. La falta de información consolidada, al principio de la pandemia, despertó miedo.

Edwin Gómez, fisioterapeuta en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal del Hospital Universitario San José, en Popayán, recuerda que cuando empezaron a llegar pacientes con síntomas respiratorios, no eran claras las complicaciones que pudieran tener porque no podían hacer pruebas ni había seguridad de que fuera Covid. “Teníamos miedo de contagiar a nuestros familiares”, cuenta.

El miedo apareció con el paso de los días y muchos profesionales de la salud decidieron renunciar. Ana Cristina Idrobo, enfermera jefe en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica La Estancia, de Popayán, asegura que hubo un momento en que las personas empezaron a pasar su carta de renuncia por miedo a morirse.

“Unas compañeras entraron como en una crisis de salud mental, ellas ya asumían que estaban contagiadas y que se iban a morir. Esta situación nos afectó porque ante la falta de personal, la empresa tuvo que tomar varias medidas, entre ellas que nos fuéramos a turnos de 12 horas y muy pocas veces nos daban un día libre”, dijo.

A pesar de la incertidumbre y de las bajas de algunos compañeros, quienes se quedaron atendiendo los altos contagios en clínicas y hospitales de la capital caucana, lo hicieron por vocación, amor a su profesión y a su familia.  Así lo expresa el fisioterapeuta Gómez: “Tuve un bebé a los dos meses de la pandemia, y siempre pensaba en cuidarlo a él y a mi familia. Pensaba que, si yo podía hacer algo para ofrecerle un futuro, era contribuir desde mi labor para que los pacientes no fallecieran en las UCI”.

Óscar Ospina, secretario de Salud de Popayán, asegura que no estaban preparados para una pandemia y al no contar con personal médico suficiente, se tuvo que recurrir a servicios de consulta externa y profesionales que no estaban vinculados a hospitales. “Estábamos en cuarta línea y teníamos que estar disponibles si nos tocaba atender”, recuerda el funcionario.

La insuficiente capacidad hospitalaria instalada fue otro factor adverso. Las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos eran limitadas y existían pocos ventiladores y personal médico para atender la emergencia. De ahí que la Gobernación del Cauca, la Alcaldía de Popayán, el Hospital Universitario San José de Popayán y el Hospital Susana López de Valencia, se articularan para buscar alternativas de atención a pacientes con Covid-19. Para tal fin, adecuaron 20 camas UCI del Hospital San José y compraron 50 más para ampliar la capacidad del Hospital Susana López de Valencia.

Dos años después de iniciada la pandemia, 355 integrantes del personal médico del país perdieron la vida a causa del Covid-19 y 81.044 resultaron contagiados, de acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Salud (INS). En Cauca hasta la fecha se han registrado 224 casos de contagio.

Papel de las mujeres

En el mundo, las mujeres representan un 70 por ciento del personal del sector salud, por lo cual, según la Organización Mundial de la Salud, tuvieron mayor riesgo durante la pandemia al estar en primera línea y tener exposición más frecuente a pacientes con altas cargas del coronavirus.

Para Colombia, según el Ministerio de Salud, esa tendencia se mantiene, pues las mujeres representan el 79 por ciento del personal sanitario y el 79,2 por ciento de la primera línea de atención. Hasta marzo de 2021, fecha más reciente que reporta el Ministerio de Salud por género, habían fallecido 59 por causa del virus.

Según una investigación realizada por Datasketch y Cuestión Pública, que analizó 356.411 contratos de hospitales estatales en las plataformas de la Agencia Nacional de Contratación Pública (SECOP I y II), “la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el sector salud en Colombia se estima en un 39% en contratos por prestación de servicios suscritos por hospitales E.S.E (Empresas Sociales del Estado) desde enero de 2018 hasta septiembre de 2020. Esta diferencia supera dos veces la brecha salarial general entre hombres y mujeres de 12% de Colombia en el año 2018”.

Además, establece que Cauca es el departamento con la brecha salarial más grande en relación a la contratación en la rama de la enfermería, donde los hombres ganan un promedio de $291.684 más por mes.

En la pandemia el personal de salud desarrolló extensas jornadas de trabajo.

“En el grupo de enfermería la gran mayoría somos mujeres y lo que uno identifica es que dentro de las responsabilidades laborales que tenemos frente a lo que hace el médico, el fisioterapeuta y los fonoaudiólogos, alrededor de la atención de un paciente, hay grandes diferencias respecto al tipo de contratación que se tiene y la compensación salarial”, dice Ana Cristina Idrobo, enfermera jefe Asistencial UCI Clínica La Estancia.

Ana, quien lleva más de 15 años trabajando en el sector salud y es docente en la Facultad de Salud de la Universidad del Cauca, añade que hay una diferencia notable entre lo que gana una médica y un enfermero jefe, a pesar de que ambos desarrollan un rol como profesionales de la salud. Por esto, dice que es necesario la creación de un mecanismo que permita generar un equilibrio salarial que compense el riesgo que el personal en áreas de atención como las UCI, donde constantemente están expuestos a diversos virus.

Según un informe de ONU Mujeres, aunque las mujeres sigan teniendo mayor participación, la diferencia en la remuneración en relación a los hombres sigue siendo amplia, ya que los hombres todavía ocupan gran parte de los puestos directivos o gerenciales, gracias a su condición y nivel de educación, excluyendo a las mujeres de los cargos de liderazgo. Aun cuando los niveles educativos mejoran, las mujeres reciben menores ingresos en relación a sus compañeros hombres.

Fortalecer el sistema de salud, un reto que no termina

El 18 de octubre de 2020 a las instalaciones de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica la Estancia de Popayán, llegó la primera paciente Covid-19 para ellos: una mujer de 39 años remitida desde Cali porque en ese momento el departamento de Valle del Cauca estaba colapsado ante el incremento de casos y sus servicios de salud no tenían capacidad para atender más pacientes. La solidaridad entre centros asistenciales médicos y su personal fue latente.

Actualmente las medidas de bioseguridad se han reducido gracias a los niveles de vacunación y su efectividad contra el desarrollo de la enfermedad grave que produce el Covid-19. De hecho, Popayán, según datos del Ministerio de Salud, con corte a 17 de mayo de 2022, es uno de los municipios de Colombia con más del 70 por ciento de población vacunada con esquemas completos y dosis de refuerzo; por lo cual el uso de tapabocas ya no es obligatorio.

Mientras tanto, en Cauca, según el informe de rendición de cuentas de la Gobernación (vigencia 2021) publicado el pasado 25 de abril, en las cabeceras municipales se ha avanzado en un 60 por ciento con el Plan Nacional de Vacunación, aplicando 1.700.000 vacunas.

En junio de 2021 ocurrió la mayor cantidad de muertes por Covid-19 en Colombia, alcanzando el promedio máximo de 660 fallecimientos diarios. Diez meses después, de acuerdo con el último informe del Ministerio de Salud, publicado el 26 de mayo, se registraron 21 fallecidos y 4.344 nuevos contagios. A pesar de que las cifras están lejos del peor momento de la pandemia, para los trabajadores de la salud esta reducción no significa que el virus se está erradicando, sino que, por el contrario, las vacunas han tenido un efecto positivo.

“Desde que inició la pandemia hasta el día de hoy, nosotros nos enfrentamos a una situación en la cual había mucha documentación de lo que estaba ocurriendo con el coronavirus, y lo interesante fue la accesibilidad que había a la información que estaba pasando con el virus y las características de la enfermedad en distintos tipos de pacientes, porque no era el mismo impacto en un paciente oncológico a un paciente renal o un paciente de más de 70 años”, afirma Ana Cristina Idrobo.

En dos años de pandemia han muerto 355 trabajadores de la salud en Colombia por Covid-19.

No obstante, el personal de salud se mantiene alerta para enfrentar una eventual crisis en el futuro. Así lo explica Brayan Bojorge, auxiliar de Enfermería UCI Pediátrico del Hospital Universitario San José: “El hospital nos tiene capacitados en caso de que se presente un volumen de pacientes alto. Igualmente, en términos de infraestructura estamos mejor equipados para atender una emergencia de este tipo, tanto así que tenemos la capacidad de aislar todo el cuarto piso como unidad de UCI Covid en caso de ser necesario”.

Al respecto, según el informe de rendición de cuenta de la Gobernación del Cauca, el sistema de salud se vio fortalecido con mayor capacidad instalada de camas UCI desde mediados de 2021, cuando tuvieron una ampliación del 213 por ciento en los centros asistenciales del departamento: pasaron de tener 84 camas UCI a 263 en centros asistenciales de mediana y alta complejidad.

De igual manera, según el informe, con recursos del Sistema General de Regalías y en articulación con la Universidad del Cauca, se fortalecieron las capacidades técnicas y humanas instaladas en los laboratorios de salud pública del Cauca y el laboratorio de inmunología y biología molecular de la Universidad del Cauca. Tuvo una inversión de cuatro mil millones de pesos.

Finalmente, desde este departamento del suroccidente del país, se planteó el reto de trabajar la salud mental en un momento donde la prioridad del modelo biomédico era salvar vidas. Al respecto, Jhon Jairo Muñoz Hurtado, docente e investigador del programa de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, explica que por motivo de la pandemia se “descuidaron las consecuencias en salud mental que generarían el aislamiento preventivo, que rompió lazos sociales y causó cambios abruptos en la cotidianidad”.

Para enmendar esa situación, en septiembre del año pasado se puso en marcha el proyecto “Motiva tu bienestar”, ejecutado por la Universidad Cooperativa de Colombia – sede Cauca, que busca tener cobertura en los 42 municipios del departamento.

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