EDITORIAL
Por: Danilo Reinaldo Vivas Ramos
Estamos asistiendo en todo el país a un fenómeno de lluvias muy fuertes, en el caso del Cauca, acompañado de rayos y relámpagos, granizadas y fríos intensos, en algunos casos insoportables; hace muchos años no se sentían este tipo de manifestaciones climáticas en forma simultánea. Han sido muy pocos los días soleados que se han tenido en lo que va corrido del año, trayendo a su paso devastación, destrucción y muertes.
Según los datos de la Oficina Asesora para la Gestión del Riesgo de Desastres del Departamento del Cauca, de sus 42 municipios 39 tuvieron que ser declarados en calamidad pública, a cuenta de las altas y permanentes precipitaciones, que han prendido las alarmas, en razón a que han estado acompañadas de un sinnúmero de emergencias viales, inestabilidad de terrenos habitados, inundaciones y desbordamientos de ríos, con consecuencias graves para los habitantes de esas zonas y para las actividades productivas agrícolas y agropecuarias de estos territorios, lo cual viene profundizando los niveles de pobreza en cada vez más zonas del territorio caucano.
Ante esta situación, las autoridades instalaron un Puesto de Mando Unificado para atender la emergencia invernal que vivimos, a través de la integración de las diferentes entidades de los gobierno departamental y municipales, para que desde su misión adelanten acciones para mitigar los severos impactos en vías, afectaciones en viviendas e infraestructura, así como en diversas actividades productivas y, con ello, atender la calamidad social que vive una buena parte la población de los territorios afectados.
Una de las emergencias más críticas en el Departamento se presenta en la vía que conduce de Balboa a Argelia, pues en el sector conocido como ‘La Pólvora’ una remoción en masa destruyó la carretera y los habitantes están incomunicados. Los funcionarios de la Oficina de Gestión del Riesgo vienen articulado acciones con los alcaldes de las poblaciones perjudicadas, así como con diferentes dependencias de la Gobernación del Cauca para enviar la maquinaria amarilla pesada a los sitios que lo requieren. Así como establecer el número de familias perjudicadas por los aguaceros presentados y coordinar la entrega de ayudas humanitarias.
Hay expectativa en el Cauca por la reunión que está prevista entre los alcaldes de los municipios afectados y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, en la que se realizará una nueva revisión de las situaciones de emergencia y el diseño de acciones y la búsqueda de recursos para atender la emergencia actual en el Departamento.
En el caso de Popayán, durante el torrencial aguacero del lunes de esta semana, que azotó a la ciudad, se presentó la muerte de un ciudadano en el barrio San Rafael, producto de una de las 800 descargas eléctricas que se presentaron en ese día, según la Oficina de Gestión del Riesgo. El jefe de esa dependencia señaló que: “en la vereda Cajete tuvimos daños en siete viviendas por un deslizamiento de tierra… Un par de ellas se encuentran con riesgo de colapso por lo que se ha enviado una comisión técnica para hacer la evaluación de las residencias. El funcionario afirmó que “el sistema de alerta temprana del río Molino estuvo en alerta amarilla por cerca de una hora porque el río creció de manera considerable y estuvo a punto de desbordarse en varios sectores de la ciudad”.
Lo grave de la situación actual, lo constituye, sin lugar a duda, la precariedad de los municipios afectados para atender este tipo de emergencias y la orfandad a la que han sido sometidas por años, marcando niveles de atraso muy significativo, lo que determina a los gobernantes actual de manera oportuna y sin dilaciones. Ante los pronósticos hechos por el Ideam para esta región del país, centrados en que se presentaran lluvias durante las próximas semanas, anuncio que genera alerta en las entidades y les hace un implícito llamado a las autoridades a que se adelante todo un trabajo pedagógico a las comunidades, entre las que está, no arrojar basuras o escombros a los afluentes o alcantarillas y evitar las deforestaciones.