La Universidad colombiana y la reconservatización del país

Columna de Opinión

Por: Silvio Avendaño

De 1946 a 1957 se buscó la “reconservatización del país”. Los avances de la República liberal (1930-1946) había que anularlos. Así, la Normal Superior fue clausurada (1951), acusada de ser la causante de la crisis nacional, promiscuidad y perversión de la juventud por la educación mixta y comunista del proyecto normalista de la Republica Liberal.  Virginia Gutiérrez de Pineda manifestó que en: “El Siglo [periódico de propiedad del presidente Laureano Gómez] se escribía que nosotras éramos promiscuas solo porque en la Escuela Normal Superior hombres y mujeres estudiaban juntos”. En lugar de ello se dispuso la Universidad Pedagógica con sede en Tunja, bajo la rectoría del alemán Julius Sieber y, la Escuela Normal Pedagógica Femenina (Universidad Pedagógica), con sede en Bogotá, dirigida por Franciska Radke.

En 1945, se funda el Instituto de Filosofía, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional. Según Rafael Gutiérrez Girardot: “El Instituto de Filosofía…sembró un germen que hubiera florecido si los destinos del país no hubieran seguido el viejo, retardatario y frívolo ritmo que restauró el doctor Laureano Gómez, quien restableció el supuesto tomismo sin percatarse, naturalmente, de que con ese dogmatismo le prestaba poco servicio a Tomás de Aquino. Esta restauración no solo interrumpió el proceso de asimilación de la filosofía contemporánea en Colombia, sino desfiguró y con ello destruyó el programa bastante unitario que habían trazado los fundadores del Instituto.”

En 1953, tuvo lugar el Congreso Nacional Universitario en Medellín, con impulso netamente católico. El evento alcanzó un fin político: la creación de la FUC, según los lineamientos de Laureano Gómez, enfocados a la formación del católico perfecto. “En una de sus primeras manifestaciones, la federación respaldo el servicio militar obligatorio.” Más, el 13 de junio de 1953 dio golpe militar Gustavo Rojas Pinilla. En el mundo universitario el escepticismo cundió acerca de las bondades democráticas de la presencia militar en el poder.

La universidad pública retrocedió y, durante el gobierno militar -1953-1957- fue intervenida y, prácticamente derogado el estatuto orgánico de 1935. A raíz de los asesinatos de estudiantes, acaecidos el 8 y 9 de junio de 1954, Rojas Pinilla llamó por teléfono al rector, de la Universidad Nacional, Abel Naranjo Villegas: – “Dígame una cosa, doctor Naranjo; al fin ¿cuántas fueron las bajas del 8 y 9 de junio? –Naranjo Villegas respondió: -En el estricto sentido del vocablo, no hubo una sola baja, señor presidente. Bajas hay cuando se enfrentan dos contingentes armados para librar una batalla. Pero lo que hubo aquellos días fue, primero el asesinato de un estudiante inerme, y al día siguiente la masacre a mansalva de trece muchachos cuyas únicas armas eran los libros y banderas que portaban en su pacífica marcha hacia la casa presidencial.” Fue destituido el rector y, en lugar de él, se nombró a un militar.

A partir de los graves acontecimientos de 1954 se consolido la FEC, que se opuso a Rojas y participó en las jornadas de mayo de 1957, con la caída del militar. Los estudiantes fortalecieron la FEC por encima de la FUC. Asumieron la postura de los estudiantes de Córdoba, en 1918. Establecieron la lucha por la autonomía académica, administrativa y financiera de la Universidad, junto con las libertades universitarias: investigación, libertad de cátedra, y la orientación nacional de la universidad.

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