FRANKLIN MOSQUERA PISSO
La era moderna y postmoderna ha traído consigo innumerables cambios en las condiciones de vida de la población, impulsada principalmente por procesos de industrialización y transformación económica, parte de dichos cambios se derivan de la preocupación por el crecimiento de demográfico y la demanda de recursos para sustentar la reproducción económica y social de toda la población. Como respuesta a este dilema, los países desarrollados en el s XVIII experimentan el proceso denominado “transición demográfica” cuya finalidad consistió en pasar de altos a bajos niveles de mortalidad y luego de fecundidad para llegar a una fase con niveles bajos de ambas variables, la consecuencia de esta transición se ve reflejado en la actualidad a nivel mundial y desde hace varias décadas en el envejecimiento de la población, esto debido que a partir de los adelantos científicos y a la tecnología la esperanza de vida ha aumentado considerablemente comparado con el siglo pasado, fenómeno más acentuado en Europa que en Latinoamérica, es así como en la década de los 90´s, el total de la población de 60 años y más en América Latina creció en diez millones de personas, mientras que la población de menores de 15 años lo hizo en aproximadamente seis millones, actualmente la población de adulto mayor representa el 8% a nivel de Latinoamérica muy por debajo de Europa que está en un 18% y se espera que en el 2050 sea del 17,5%.
A nivel de Colombia para el año 2021, la población adulto mayor representaba el 13,9% de la población, con un total de 7,1 millones de personas (Dane 2021), este mismo organismo proyecta que para el 2070 la población adulto mayor representara el 32% de la población. Este proceso de cambio de la estructura poblacional tiene unas implicaciones tanto sociales como económicas en cuanto disminuye la población considerada potencialmente activa o productiva y aumenta la población potencialmente pasiva, lo que constituye un desequilibrio en la balanza demográfica que debe ser solventado por la población en edad activa y se refleja principalmente en el tema pensional.
Los expertos en el tema, definen el envejecimiento como un proceso que comprende cambios a nivel morfológico y funcional en todos los seres vivientes y que se presentan como consecuencia del paso de los años (Lama, 2006, p. 13). Este proceso depende de condiciones genéticas y ambientales (contextos físicos, geográficos, sociales, económicos, políticos y culturales), así como también de los estilos de vida sociales, familiares e individuales, según Dulcey-Ruíz, Arrubla y Sanabria (2013). Culturalmente y en especial en Colombia, después de los 60 años arbitrariamente sea establecido de que cesa la vida laboral de las personas e inicia la vejez, mal caracterizada por la inactividad, improductividad y dependencia, restándole importancia al rol social del adulto mayor en la sociedad y la subestimación de su contribución en la capacidad productiva del país a partir de los saberes y de la experiencia dada por los años.
Todo lo anterior representa grandes desafíos a nivel de país y para los gobiernos de turno, pues no solo es el tema de las pensiones el cual obviamente requiere un estructuramiento especial precisamente por los desequilibrios de la balanza demográfica, sino también en la formulación de políticas sociales destinadas a esta población, que garanticen las condiciones laborales, de participación social, de normas de infraestructura e ingeniería, de condiciones de salud y apoyo afectivo, en general a garantizar condiciones dignas para esta población.
A nivel del municipio de Popayán, cerca de 1200 adultos mayores de estratos 1,2 y 3 son atendidos a través de programas integrales de la alcaldía municipal, que si bien aportan al bienestar de estas personas no obedecen a planes estratégicos de largo plazo, ni cuentan con los recursos necesarios que garanticen calidad de vida de esta población.
Una de las alternativas que se puede impulsar en articulación con diferentes instituciones de orden público y privado, tiene que ver con el emprendimiento en el adulto mayor o como se denomina actualmente “el envejecimiento activo”, el cual permite mantener hábitos de vida saludable, así como una adecuada salud mental lo que favorece la longevidad de las personas, las mantiene activas y genera mayor bienestar tanto físico como psicológico.