QUEIPO F. TIMANÁ V.
Colombia requiere que la dirija un estadista, no un demagogo o populista, hace 4 años tuvo que elegir entre un ex guerrillero y un improvisado candidato señalado a dedo por Álvaro Uribe, entre los dos males había que escoger el menor, el cual nos deja un aumento de pobreza de 21 millones de colombianos, un desempleo de dos dígitos, el endeudamiento más alto en los últimos 50 años, con una inseguridad urbana y rural que intimida a la gente para el ejercicio de sus libertades individuales y sus derechos sociales, políticos y civiles.
¿Qué diferencia a un estadista de un demagogo? El estadista tiene una visión de país a largo plazo, empezando en su periodo de gobierno a sentar las bases para el desarrollo de un proyecto en beneficio nacional a 20 o 30 años; el demagogo se ocupa de la mecánica electoral, chambea y busca perpetrarse en el poder.
Hemos tenido estadistas en el gobierno nacional: Alfonso López Pumarejo, que señaló y propuso reformas que decantaron y señalaron la visión social del Estado al servicio del obrero y del campesino colombiano, otro estadista fue Carlos Lleras Restrepo que, con su reforma política y económica, creó los institutos descentralizados que hoy se convierten en las canteras de la investigación científica, en el deporte y en varias ramas de la modernidad.
Un estadista es capaz de pensar lo mejor para su pueblo, luego que lo ha escuchado y estudiado, se ocupa del desarrollo científico y tecnológico de su país, del cuidado de sus recursos naturales, de una calidad en la educación con criterio de pertinencia para sus regiones, de generación de una industria productiva en los municipios, pensando en la sociedad del mañana dedica la inversión en desarrollo y protección de la infancia.
Han llegado al Congreso gentes muy raras, haciendo alardes de creatividad, en su vestuario, en su lenguaje, apuntalados por medio de la publicidad y redes sociales, la pregunta es: ¿Tendrán la formación académica y científica, la experiencia administrativa y financiera para ejercer dichas representaciones, es decir su cerebro, carácter y voluntad se probaron para tomar las decisiones que requiere el país para sus grandes reformas de justicia, salud, educación, reforma tributaria, empleo, renta universal para las personas mayores, la revolución digital, el desarrollo rural integral? ¿Sabrán ellos que con estas reformas se debe mejorar la distribución del ingreso y no solo reducir la pobreza? El especialista en realizar paros en el Cauca podrá seguir haciéndolos, pero con esto no se realizarán las obras que demanda el desarrollo del departamento; la evaluación de cada congresista se debe medir por los proyectos de ley aprobados en beneficio del desarrollo del país y de la región, cuáles obras se realizaron con su concurso, no solo es recibir los 33 millones de sueldo mensual, más el aporte para nombrar 4 asesores con sueldos entre 8 y 10 millones.
Habrán estudiado acaso que el cáncer de la sociedad colombiana se llama corrupción y que el mal ejemplo proviene de personajes que fueron elegidos en estos comicios del 13 de marzo como el senador Mario Castaño del partido liberal y Piedad Córdoba del pacto histórico, entre otros, quienes deberían haber recibido la repulsa pública por su atrevimiento al presentarse a la consulta de la voluntad política, pero que una sociedad con escasa cultura política, ignorante, prefirió elegirlos a sabiendas de su marcada deshonestidad.
Prefiero referirme al campo que más conozco y he ejercido, la educación, venimos con un modelo educativo de hace más de 5 décadas, al cual los presidentes que han gobernado le han aplicado paños de agua, por lo cual no le cabe un parche más: que se aumentan unas 2 o 3 horas en la jornada, se ofrecen algunas becas, algunas pocas conexiones de internet, la construcción de unas pocas aulas, etc., cuando lo que se requiere es superar las grandes desigualdades sociales, económicas y culturales, y esto se logra con una educación de calidad pertinente.
¿Cuál es la vocación científica que invoca el sistema educativo? Ninguna, en el mejor de los casos hay que estudiar una carrera para ingresar a la plana burocrática oficial, y estamos llegando tarde a motivar para la innovación, el emprendimiento, una conservación de la naturaleza, una educación sexual acorde a la edad para evitar el madre-solterismo y una vocación de servicio a los demás que se llama el bien público.