NELSON PAZ ANAYA
Está rodando como el balón en los campos de futbol, la propuesta de que en los planes de integración Cauca- Valle del Cauca, en la zona comprendida entre los municipios de Santander de Quilichao, Villarrica y Guachené, centro de la zona norte del departamento, la cercanía que quedará con Popayán con la doble calzada, la integración hasta el eje cafetero, polos del desarrollo de esta región, se construya un estadio integrado como todo un centro cultural y de deporte.
La propuesta de la mega obra esta ideada como respuesta a la situación de violencia, situación en la cual, es notoria la incursión de jóvenes de los diversos municipios, considerándose no es tan solo por ausencia de espacios para la diversión o de fuentes de trabajo, sino por la urgencia de crear este tipo de construcciones que contienen mensajes simbólicos de entusiasmo y compromiso en la juventud.
Las expresiones de las grandes civilizaciones a través de la historia, han estado siempre acompañadas de la edificación de monumentos esplendidos porque ellos aglutinan el sentimiento de unidad y de apropiamiento cultural e ideológico, con el cual, se soporta el sentimiento colectivo de sociedad, para empeñarse en los grandes propósitos a desarrollar.
Los momentos de esplendor vistos como tiempos de mayor auge de los gobiernos, los sistemas y los logros de los modelos imperantes siempre han estado reflejados en esta clase de construcciones, en Grecia, en Roma, en Rusia, en América en las Piedras del Cuzco, el Altépetl de Tenochtitlan, por su inmensa capacidad de convocatoria en el imaginario colectivo.
En Colombia, obras como las murallas de Cartagena, el Puente del Humilladero en Popayán, son testigos de la fuerza y capacidad de proyección de determinadas épocas, de igual forma se refleja esta situación en la producción, en la economía, en la sociedad, en la investigación y en el conocimiento que a su vez alienta la ciencia y la tecnología en la universidad.
En la Colombia de hoy, se encuentran obras de mucha significación como el Metro de Medellín, los túneles de vías terrestres, el transporte por cable, el proyectado Metro de Bogotá, las vías de cuarta generación, monumentales edificios, instalaciones agroindustriales.
Programar este escenario deportivo, como un centro de integración de las regiones circundantes, con dimensiones envolventes, en donde sean parte el deporte, la cultura, el comercio, el turismo, la universidad, las comunicaciones, debe presentarse como una de las obras que requieren estos territorios, como indispensables para la prospectiva del desarrollo.
Estas decisiones de política pública, tienen relación directa con el funcionamiento de la democracia, Daniel Innerarity, inicia su texto sobre “Una teoría de la democracia compleja”, como gobernar en el siglo xxi, afirmando que “La principal amenaza de la democracia no es la violencia ni la corrupción o la ineficiencia, sino la simplicidad. Nadie diría que la simpleza, con ese aire de inocente descomplicación, puede actuar de manera tan corrosiva sobre la vida política, pero en ocasiones los enemigos menos evidentes son los más peligrosos.” La complejidad, obliga atender los espacios autárquicos y desconectados.
Mencionar esta clase de obras, es posible retumbe desproporcionado, en tiempos de escasez, cuando faltan obras para necesidades inmediatas, e inversiones urgentes en salud y en alimentación, y todavía acose la frustración por paradigmas perdidos como el de la carretera al mar o la conexión satisfactoria con la región de Tierradentro, pero es peor una sociedad sin objetivos porque la agobia la desesperanza.
En los últimos cincuenta años, el estado no ha tenido la intención de equilibrar a este departamento con otras regiones en las cuales las inversiones no solo han sido desproporcionadas, sino afrentosas respecto al atraso de otras, al fin de cuentas la doble calzada cuando la hagan corresponderá a una urgencia del comercio nacional.
Deportistas, en su mayoría afrocolombianos, son provenientes de estas regiones, han demostrado su destreza en el futbol mundial, a todos acompaña su relato vergonzoso de haber entrenado en feos barrizales a la vera de los caminos, en algunos casos descalzos y en las peores condiciones, así será imposible.
La lógica de la integración regional, a partir del agua, debe incluir estos proyectos, más allá de la concepción inmediatista que dirige las administraciones territoriales, por la urgencia de lo diario, si es cierto que nos acompaña un serio compromiso con el futuro, solo emprenderemos si soñamos hoy.