El Cauca, construyendo alternativas

RODRIGO SOLARTE

Pediatra

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Los gobiernos nunca han representado a todos los habitantes de un país. Los privilegios del centralismo marginaron a la periferia, tanto en los campos como en las ciudades. Es un fenómeno universal, al igual que la reacción de los seres humanos, una vez toman conciencia de los derechos civiles y de los territorios con sus recursos naturales y procesos, generalmente de expropiación, vividos.

La civilizatoria democracia real no discrimina a los históricos poseedores de un territorio. Los intereses económicos y territoriales, representados en el poder político a nombre de las mayorías votantes, o a la fuerza, si lo han hecho, lo siguen haciendo y aspiran perpetuar esos privilegios, concentrados cada vez, en menos ciudadanos.

 Tales mayorías, ubicadas en campos y ciudades, siguen luchando por el derecho a participar de tales recursos materiales, orientando talento y creatividad humana hacia esos propósitos. De la organización y unidad de pende el alcance de sus conquistas colectivas, familiares y personales.

Territorio, subsuelo, biodiversidad, espacios marítimo y aéreo con sus habitantes, integran la gran riqueza de las naciones y regiones.

 La especie humana es la principal protagonista. Del cultivo de su desarrollo cerebral, se cosechan: inteligencia, creatividad, resiliencia, memoria, conciencia, voluntad, espíritu de trascendencia, solidaridad, dignidad, e incluso espíritu de sacrificio para mejorar, pensando en la descendencia con amor, afecto, responsabilidad y compromiso.

 Las máquinas, nunca la reemplazaran. La inteligencia artificial se gesta y construye con la natural, humana o inspirada en otros seres vivos.

 Hoy la ciencia y la técnica, investigan el cosmos. Las grandes potencias económicas, industriales, científicas y militares, que se pelean el dominio sobre las riquezas terrenales, aspiran también conquistar el cosmos, dominar el espacio, como símbolo de la supremacía.

Las aspiraciones materiales, han opacado los derechos humanos y de la naturaleza. Más que llegar al espacio, interesa a las mayorías, como terrícolas, aprender a vivir en paz, convivir con la naturaleza y los demás seres, sin maltratarnos, aprovechar la revolución científico tecnológica que estamos viviendo, para esos propósitos de convivencia integral.

Las conciencias y voluntades del cambio social, cultural, político y económico del Cauca, Colombia y Latinoamérica, crecen en todos los espacios de la cotidianidad, enfrentando con argumentos, historia, testimonios y procesos organizativos alternativos, sin desechar lo positivo innovador que también existe, liderado por jóvenes emprendedores con mayor conciencia de su responsabilidad social y científica; mujeres, cuyas luchas, son un verdadero ejemplo para muchos hombres, más instintivos que racionales en el comportamiento que la paz con justicia y equidad, exige desde el hogar.

Dada la brevedad de esta columna de opinión, seguiré en las próximas, informando de procesos, tanto comunitarios como culturales, institucionales y organizativos, centrados más en lo cualitativo espiritual, que serán motivo de evaluación y reflexión  durante el próximo mes de octubre, en Popayán y otros municipios del Cauca.