El Cartel de las IPS para la hemofilia

¿Cuántas camas de hospital se podrían comprar con cincuenta mil millones de pesos? A tres millones de pesos, promedio cada una, sería posible adquirir más de dieciséis mil setecientas camas, que bastante falta hacen en nuestros hacinados centros de atención médica de todo el país.

Esa suma fue la que desfalcaron, sin remordimiento, en algunas ciudades de la costa caribe, de cuentas maestras destinadas a financiar los tratamientos para pacientes con hemofilia.

La Contraloría General encontró que en el departamento de Córdoba, desde hace tres años, la cuenta subsidiada con recursos del Sistema General de Regalías para pagar los tratamientos de hemofilia, comenzó a disminuir vertiginosamente.

Según el informe, la Secretaría de Salud Departamental pagó millonarias facturas a varias IPS, por suministrar medicinas a pacientes cuya existencia está en entre dicho.

En el 2013, y sin justificación, aparecieron en Montería 47 pacientes con hemofilia por cuyos supuestos tratamientos se pagaron más de 17.000 millones de pesos a la IPS Unidos por su Bienestar. Esta IPS Fue creada en el 2012 y en menos de un año pasó de tener un capital de 900 millones de pesos a casi 40.000 millones, por cuenta de estos tratamientos para pacientes hemofílicos.

Para el 2014 los pacientes se duplicaron. Ya sumaban 81. La nueva cuenta que pagó el departamento fue por 18.000 millones.

El caso es que la hemofilia es una enfermedad hereditaria y no contagiosa. Es decir, los pacientes que la padecen no se multiplican de la noche a la mañana. La hemofilia obedece a la ausencia de una enzima en la sangre lo que dificulta su coagulación. Por el más mínimo accidente, una persona con esta enfermedad puede desangrarse hasta morir.

Un reconocido médico y experto en la enfermedad, alertó que su firma no correspondía a la de los certificados médicos que daban cuenta nuevos pacientes hemofílicos. Y en el Laboratorio donde supuestamente se elaboraron las historias clínicas, denunciaron que se trataba de certificados adulterados.

Es inaudito y doloroso que en un país con su sistema de salud en estado crítico, se registren episodios de esta calaña. Bolívar y Córdoba son apenas el campanazo de alerta, pero las investigaciones se extendieron a otros departamentos, donde seguramente descubrirán otros métodos de corrupción para desfalcar la salud de los colombianos.

Por: Richard Fredy Muñoz

@RichardFredyM

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