Una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGLobal), impulsado por la Fundación Española ‘La Caixa’, urge destinar más recursos e incluir los servicios de salud mental como esenciales. Las autoras del estudio auguran una “crisis global sin precedentes” en relación con la salud mental y plantean si esto puede convertirse en otra pandemia después del Covid-19.
Y es que según directivos de instituciones de salud en nuestra comarca, la prolongación de la emergencia sanitaria sumado a la caótica situación social del país, ha desequilibrado por encima de los promedios históricos el estado mental de las personas y aseguró que ha venido en aumento la depresión, la ansiedad, los intentos de suicidio y los suicidios efectivamente consumados, todo como consecuencia tanto de la angustia que produce el temor por el coronavirus y sus fatales consecuencias, como de los meses de confinamiento que tuvimos y dejaron secuelas importantes en la psiquis de algunas personas.
La salud mental puede perderse, así como perdemos la salud física, solamente un desencadenante y un contexto poco saludable permea el escenario propicio para que sintamos angustia, ansiedad, poca motivación y depresión, entre muchas otras emociones; lo cual ya evidencia disminución de nuestra salud mental.
Este es otro signo que nos indica la gravedad de la situación que hemos vivido desde marzo del año pasado y que se complicó más desde finales de abril: no solo las personas que contraen Covid-19 son los que han estado ocupando el sistema de salud; además de ellos existen otras patologías derivadas de la misma pandemia que evolucionan paralela y silenciosamente, como es el caso de las enfermedades mentales, muchas de ellas asociadas a la deficiente situación social en muchos sectores de los centros poblados de nuestra Colombia.
La situación en este orden, no es exclusiva de nosotros, en el mundo entero se teme que a la pandemia provocada por el coronavirus pueda seguir una especie de pandemia de la enfermedad mental, causada por la primera, pues para los psiquiatras es innegable que el estrés y la ansiedad permanente que muchas personas han experimentado en el último año, puede causar daño importante en la salud mental tanto de los adultos como de los menores.
Entre nosotros, además de las consecuencias propias de la pandemia, vivimos con especial crudeza otras, derivadas de las restricciones a la movilidad e incluso del empobrecimiento de al menos una cuarta parte de la población, según algunos cálculos de economistas, como es el incremento de muchas clases de violencia al interior de los hogares que, además de las obvias secuelas físicas, dejan profundas huellas en la psiquis de las víctimas de este trato que se incrementó ampliamente en los últimos meses.
Por estas y muchas circunstancias más, instituciones de tipo psiquiátrico están copados y su situación debe tomarse en cuenta con especial atención y urgencia, pues es obvio que requieren apoyo médico, científico y económico para solventar la emergencia que afrontan, pues las características especiales del tipo de pacientes y enfermedades que trata le demandan esfuerzos y tiempos amplios para los que ningún Hospital está preparado si supera sus promedios históricos de ocupación hasta llegar a la totalidad de su capacidad.
De la mano de los cuidados frente al Covid, hay que cuidar también nuestra salud mental y pedir ayuda si es necesario.