Este 12 de agosto se conmemora una fecha que debería considerarse de gran importancia para las agendas de quienes administran las instituciones estatales: el Día Internacional de la Juventud.
Hasta la década de los años 90 hay que retrotraerse en el tiempo para descubrir el origen de esta celebración que hoy nos ocupa. Y es que fue en el año 1999, en concreto el 17 de diciembre, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas tomó la determinación de declarar el 12 de agosto el Día Internacional de la Juventud.
El objetivo de fijar esa fecha no es otro que “promover el papel de los jóvenes como socios esenciales en los procesos de cambio y crear una oportunidad para generar conciencia sobre los desafíos y problemas a los que estos se enfrentan”, Además se quiere promover el papel de los jóvenes como actores esenciales en los procesos de cambio para que se genere conciencia sobre los desafíos y problemas a los que esta población se enfrenta.
En Colombia los jóvenes de 14 a 28 años representan el 22% de la población, es decir, cerca de 11 millones de jóvenes, de los cuales más de 3 millones para el año 2020 no estudiaban ni trabajaban y cerca de 2 millones 500 mil trabajaban en empleos informales, lo que significa que el 45% de los jóvenes en el país no accedieron a oportunidades educativas o de empleo formal.
Según el informe de la Red de Ciudades Cómo Vamos, solo 4 de cada 10 jóvenes de 18 a 25 años han oído hablar de los mecanismos de participación ciudadana y solo el 21% manifiestan estar satisfechos con la participación y consulta ciudadana.
Para nuestra capital y nuestro departamento, las cifras estadísticas de seguro sobrepasaran las de la índole nacional. No son ningún secreto las falencias de tipo social que se ciernen la juventud caucana. Así las cosas es válido decir que Popayán y el Cauca no están aisladas de la situación nacional: la juventud de la comarca ha sido golpeada por esta falta de oportunidades y así lo evidencian las altas cifras de desempleo en este sector de la población. Una situación que ha sido sistemática para nuestro departamento, en donde la guerra, el narcotráfico y la corrupción se han paseado desde tiempos inmemoriales cuando apenas la era República comenzaba agestar esta Nación diversa y multicultural.
Sería pertinente entonces que haya comunión entre las instituciones gubernamentales y privadas para formar a los jóvenes a fin que fortalezcan su capacidad de diálogo social y puedan trabajar por la transformación de sus territorios. Hay que motivar entonces a esos jóvenes interesados en desarrollar sus capacidades y materializarlas en proyectos con un enfoque juvenil que contribuyan a su bienestar. Se necesitan diálogos que sean realmente generativos, que pasen de entender lo que ya los jóvenes saben, a generar una empatía con los jóvenes, a lograr transformar esa visión de lo que están viviendo, de lo que están sintiendo, de lo que están necesitando y de lo que quieren. Así que pedimos que se aproveche esta casi desconocida fecha especial para que las instituciones se enfoquen en los jóvenes, conozcan sus necesidades desde las diferentes perspectivas, porque los casi 11 millones de jóvenes del país están contando sus necesidades, las barreras a las que se han tenido que enfrentar, pero también están unidos con la intención de crear un tejido social diferente con una visión de futuro y de construir el país que quieren ver.