QUEIPO F. TIMANÁ V.
Nace el niño José Félix de Restrepo del hogar conformado por don Vicente Restrepo, quien estuvo casado con doña Catalina Vélez de Rivero en el primer matrimonio y en el segundo matrimonio con doña Rita de la Granda; de ese primer matrimonio nace el niño José Félix en Envigado – Antioquia en el año 1760, en su misma casa recibió la primera educación de don Cristóbal Vélez de Rivera, quien era su tío materno, su tío lo formó en español y en latín y en las demás materias de este nivel de educación.
Luego de un difícil viaje llega a Bogotá y el 11 de octubre de 1773, al cumplir sus 13 años, ingresa al colegio de San Bartolomé, le tocó realizar sus estudios con el nuevo plan de estudios llamado “el plan Moreno y Escandón”: el cual comprendía ciencias físicas y matemáticas, lógica y filosofía, derecho canónico clásico, derecho civil; este plan derogó al anterior plan del trivio y el cuatrivio.
El nuevo plan destacaba en la enseñanza de las ciencias naturales, el estudiante José Félix de Restrepo por su inteligencia prodigiosa es nombrado pasante de filosofía y dos años después preside esta cátedra, designado por el mismo virrey, que por espacio de un año enseñó en el mismo colegio la filosofía aristotélica, la moral, la lógica, aritmética, geometría, geografía, álgebra y metafísica. En junio de 1776 se le otorgan los grados de bachiller y licenciado en leyes y el de doctor en derecho civil el 07 de mayo de 1780, aún no cumplía los 20 años.
El bachiller formado con el anterior plan de estudios, un curso de filosofía comprendía el estudio en latín de la dialéctica, metafísica y ética aristotélica, no tenían cabida las matemáticas, ciencias físicas y naturales, lo cual daba como resultado un bachiller aventajado en dialéctica, que no sabía hacer una suma de números enteros, ni ejercer ninguna profesión u oficio.
El joven José Félix durante sus estudios en el colegio de San Bartolomé tomó cursos adicionales en ciencias físicas, matemáticas y geografía que ofrecía el sabio José Celestino Mutis, quien había venido de España, estando en Envigado recibió una comunicación del obispo Jerónimo Antonio de Obregón, quien ejercía en Popayán, lo invitaba a ir hacia esa ciudad a dictar varias cátedras, él aceptó y vino a regentar en el real Colegio Seminario, centro de notable prestigio en la colonia, eran los últimos años del siglo XVIII, desde el año 1785 a 1812, duró 27 años en Popayán y se casó con doña Tomasa Sarasti con quien tuvo 4 hijos.
Fueron sus discípulos los Caldas, Los Zeas, los Torres, los Pombos, los Ulloas, quienes contribuyeron con su visión moderna a realizar la titánica obra de la independencia de la patria.
No fue fácil empezar a enseñar ciencias positivas en el real colegio seminario, pues los profesores habían sido formados con el anterior plan de estudios que negaban la enseñanza de las ciencias.
Coincidió que en Popayán había un grupo de personas ricas y respetables, las cuales habían podido adquirir algunos libros que los iniciaban en las ciencias y que ellos aspiraban que fueran difundidos en el país y eso sirvió para que el Dr. José Félix de Restrepo pudiese empezar a enseñar las ciencias.
En la lección inaugural a los estudiantes de filosofía, en el año 1791 en un auditorio de eclesiásticos, de novicios y de adolescentes, lanzó estas preguntas: ¿Acaso la filosofía natural estaba reñida con la religión? ¿Acaso el estudio de las matemáticas, la física, la botánica, se oponían a la doctrina revelada? Debo manifestar que la filosofía natural, esto es, el estudio y averiguación de las obras de Dios, como autor de la naturaleza, de sus causas, proporciones y efectos, lejos de ser contraria a la religión, es útil, favorable y necesaria.
La filosofía natural se ha mantenido en todos los tiempos estrechamente unida con la religión y ha contribuido en gran medida a conciliar la historia antigua con el nuevo y viejo testamento.
El hombre observa la naturaleza y se da cuenta que tiene el don de pensar y hablar, se da cuenta de su ingenio, combina las ideas y convencido de que no hay cosas que puedan resistir a su pensamiento, único origen de su autoridad soberana, tomó el tono del señor y comienza a hacerse respetar. La carrera de las ciencias es muy larga, y demasiado corta la vida humana para hacer tan mal uso del tiempo.
Aquella escolástica que por tantos siglos ha tenido en prisiones al entendimiento humano, y aquella escolástica, enemiga mortal de todas las ciencias y de la misma verdad.
Existía la duda de que las ciencias experimentales, pusiesen en duda la teoría creacionista de la religión.
Estos datos los tomé de las obras completas de José Félix de Restrepo. Ediciones académicas. Rafael Montoya y Montoya. Editorial Bedout. Medellín, 1961.