FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO
Recientemente examiné la problemática de lakhoka, el cannabis, la minería ilegal y el narcotráfico, factores que confluyen en un crisol de Violencia y Anarquía, en el ámbito nacional. Lo propio acontece en el Cauca, ¡pero más intensamente! De 155.000 Ha. de khoka cultivadas en Colombia en 2019, el Cauca aportó 18.000 (12% del total). En 2020, el principal enclave productor fue El Tambo-Argelia con 9.000 Ha. (6% del territorio sembrado; producción anual por Ha.: 13 Tm; 42% de los cocaleros fabrica “pasta básica”). El segundo centro productivo fue El Naya -López de Micay (Cauca)-Buenaventura (Valle).
El norte del Cauca (Toribío, Caloto, Miranda y Corinto), fue el productor primordial de cannabis con 15.000 Ha cultivadas en 2019 (10% del total de Colombia), cuyo precio se incrementó 45% (de $779.000 a $1.100.000, kilo de “marihuana creepy”). Dependiendo de los precios del mercado, los cultivos varían, sucesivamente: amapola, khoka y cannabis. Oficialmente, a primero de septiembre de 2020, se había otorgado 98 licencias para “semillas de siembra”, 164 para “cannabis psicoactiva”, 394 para cannabis “no psicoactiva” y 171 para “elaboración de derivados”.
El elevado precio internacional del oro es el incentivo de la minería ilegal. No existen datos confiables sobre la extracción ilícita del metal, ni de los daños irreversibles en los ecosistemas caucanos. En el Parque Munchique convergen la minería ilegal y los cultivos de khoka (43%). El núcleo central de oro ilícito del departamento lo integran 13 municipios del norte, región que ha rechazado categóricamente la expedición de títulos mineros. En 2014 la ANM, “tramitó” 652 solicitudes para explorar 1.116.000 Ha (más del 50% del área departamental). Según la CRC, en la misma anualidad estaban vigentes 271 títulos, de los cuales 39 pertenecían a Anglo Gold Ashanti, sobre un área de 61.000 Ha.
Es evidente que en todo el departamento se desarrollan las actividades ilícitas antedichas, fundamentadas en la inaccesibilidad a la tierra, la concurrencia de minorías étnicas, el desamparo estatal y los corredores estratégicos, componentes propicios al desarrollo del conflicto armado en el Cauca, territorio donde campean los grupos armados ilegales existentes, amenazando la economía, la paz y la gobernanza. El análisis dialéctico de las cuestiones planteadas conduce a reconocer la existencia de un INEXORABLE CONFLICTO ARMADO en el Cauca, donde intervienen diversos grupos armados con ideologías e intereses antagónicos, pero con un denominador común: la Narco-Minería, como sustento esencial de sus finalidades. Evidenciadas, científicamente, las características alimentarias, industriales, terapéuticas, recreativas, etc., del cannabis y la khoka; independientemente de sus efectos psicotrópicos que, objetivamente, causan menos perjuicios sanitarios y sociales que los originados en el consumo de alcohol y tabaco; es indispensable reformular la caracterización del problema a la luz de nuestras propias conveniencias y prioridades, basándonos en la autonomía inalienable de nuestra nación que exige la NO intervención de otros Estados en nuestras decisiones soberanas. No ignoramos los derechos y deberes de Colombia en el contexto internacional, pero primero anteponemos nuestros intereses nacionales. La política internacional debe orientarse a descriminalizar progresivamente el mercado planetario; y, la interna, a regular los cultivos y despenalizar el consumo. Hoy, la tendencia mundial es legalizar los cultivos ilícitos; mañana, ¡su procesamiento y consumo! LaMinería Ilícita destruye los ecosistemas, atenta contra la salud humana, propulsa las estructuras armadas y la violencia, afecta la estabilidad del país y no le genera ingresos, se interconecta con el narcotráfico y la limpieza de dineros sucios. Su control exige localizar y reprimir sus enclaves productivos e implementar mecanismos para morigerar sus funestas consecuencias, promover su formalización y amortiguar los daños sociales y medioambientales causados. Una alternativa elemental para resolver acertadamente asuntos tan complejos podría ser la creación de empresas agroindustriales, mineras y comerciales del Estado, debidamente regularizadas, para procesar y comercializar materias primas y productos derivados de la khoka y el cannabis, y extraer y mercadear oro, suprimiendo narcotraficantes y oro-exportadores ilegales.