DIEGO FERNANDO SÁNCHEZ VIVAS
En los últimos años, hemos visto cómo el clima a nivel mundial parece haberse trastornado. Regiones enteras cuya certeza de su temperatura se tenía por descontada, experimentan unas variaciones abruptas y radicales cuyos resultados han resultado terriblemente devastadores y sus efectos hacia el futuro aterradoramente impredecibles.
El cambio climático es la variación del clima en la Tierra. Dicha variación puede obedecer a causas naturales y a la acción del ser humano, y es producida sobre todas las mediciones climáticas, temperatura, precipitaciones, nubosidad a diversas escalas de tiempo. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático lo define técnicamente como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables. En otras palabras, cambio climático es la alteración meteorológica de las condiciones predominantes. En dicho fenómeno son importantes la variación de la radiación solar, variaciones de los parámetros orbitales de la Tierra, los movimientos de la corteza terrestre y la actividad volcánica entre otros.
Pero, cómo se relaciona el cambio climático con el efecto invernadero y el calentamiento global? La atmósfera de la Tierra está compuesta por diferentes gases que tienen como función mantener una temperatura apropiada para la vida, esto se denomina efecto invernadero. Resulta necesario que exista un equilibrio en la emisión de gases de efecto invernadero para conservar la medida adecuada. No obstante, las actividades humanas han aumentado la producción de dichos gases provocando el calentamiento global, la principal causa del cambio climático. El gas más conocido es el CO2, causante del 63% del calentamiento global, pero además existen otras causas tales como la deforestación que se produce por la tala de árboles, actividad que está relacionada con la industria maderera, la agricultura, la minería y la ganadería. Igualmente el aumento desproporcionado de gases de efecto invernadero provocado por el uso de fertilizantes, la actividad química para el tratamiento de aguas residuales, la quema de combustibles fósiles, el transporte, la calefacción y el urbanismo, y además el crecimiento acelerado de la población, facilitan el cambio climático.
Las consecuencias del cambio climático son el aumento de la temperatura media y la disminución de las lluvias que puede provocar incendios, altera los ecosistemas de los humedales, altera el ciclo del agua, sube el nivel de mar. Se presenta el derretimiento de la masa de hielo en los polos, y produce inundaciones y amenaza los litorales de la costa, inundaciones en ríos y lagos, sequías y erosión costera.
La principal medida para minimizar el cambio climático es la defensa de los recursos naturales y el ambiente, sembrar árboles, defender los ciclos del agua en todo su recorrido, combatir la tala indiscriminada de árboles, la minería ilegal, revisar la frontera agrícola y la ganadería extensiva a límites razonables y compatibles con el medio ambiente y lo más importante, generar una conciencia ambiental universal que motive la protección de los recursos naturales y el ambiente, ya que la supervivencia del género humano depende de ello. De ese tamaño es el reto.