ÁLVARO JESÚS URBANO ROJAS
En una gran final con sufrimiento, ausencia de hinchada, estadios vacíos y buen fútbol, América de Cali se corona Campeón de Colombia de la liga Betplay 2020, de la mano de Juan Cruz Real. El América un gran equipo de fútbol, pasión de un pueblo, que soportó por años la maldición del garabato y la controversia mítica de lucir la figura del diablo en su escudo.
La relación entre América y la silueta del diablo tiene su génesis desde la década del treinta, cuando todavía no había fútbol profesional en Colombia. El uniforme del América en los primeros años fue azul celeste, como el de Racing de Avellaneda de la Argentina; su divisa se pintó de purpura escarlata y en su escudo se insertó la efigie del diablo en la década del treinta, emulando a un equipo de baloncesto, de morenos muy altos y veloces llamado los Diablos Rojos, por un partido al que fue invitado el equipo en Barranquilla, cuando América fue expulsado del campeonato nacional, lo que motivó una gloriosa gira nacional en el año 1931.
Durante sus primeros 30 años en el profesionalismo, los ‘Diablos Rojos’ mordieron el polvo de la derrota, por causa de la maldición de ‘Garabato’, apodo de Benjamín Urrea, uno de los fundadores del club, que en su rivalidad por no dejar convertir al América en equipo profesional, después de una serie de agresiones y grescas internas, se retiró muy molestó y endilgó esta maldición: «Que lo hagan profesional, que hagan del América lo que quieran, pero juro por mi Dios que nunca serán campeones».
Por la maldición, América divagó en las posiciones finales y por inconvenientes económicos, no participó en el certamen de 1953. En el 57, el cuadro ‘Escarlata’ fue penúltimo a final de año y tanto en el 58 como en el 59 sufrió el martirio del último lugar. La única aparición victoriosa acaeció en 1960, siendo su técnico ‘El Maestro’ Adolfo Pedernera, fue subcampeón.
En 1979, con los hermanos Rodríguez Orejuela, el Club contrató como Director Técnico al galeno Gabriel Ochoa Uribe, campeón cinco veces con Millonarios y una con Santa Fe. El Médico aceptó el cargo con la exigencia de exorcizar el escudo: el diablo debía salir de la camiseta, si América quería ser campeón. Para él, como para buena parte del público en la ciudad de Cali, la imagen demoníaca del Maligno, encarnación del mal y enemigo de Cristo, debía ser desterrada de la casaca, pues semejante herejía impedía para el América el favor de Dios, sin el cual parecía imposible que algún día llegaran a levantar el trofeo de campeones. El tradicional diablo de tridente y paso decidido, desapareció de la camiseta y fue reemplazado por la palabra América atravesada en el pecho, la decisión no fue un vano, América fue campeón. A partir de ese año y durante la década del ochenta, como si de una intervención divina se tratase, el escudo del América se convirtió en una constelación de estrellas, con los mejores futbolistas del continente, fue siete veces campeón, a pesar de perder las finales de la Copa Libertadores de 1985, 1986 y 1987, el club vivía sus años más bienaventurados a nivel nacional e internacional.
En el 2013, cuando las polémicas a propósito del símbolo prácticamente se habían extinguido en los círculos del América, apareció de nuevo el diablo acaparando el espacio de una camiseta, sin ningún patrocinio como consecuencia de su inclusión en la Lista Clinton. Los ‘Diablos Rojos’ descendieron a la segunda división en 2011. La reaparición de la representación simbólica del diablo en semejante dimensión, invocó los miedos de tiempos pasados y al final de la campaña de 2013 los propios directivos comenzaron a hablar de desterrar de nuevo al diablo, culpándolo de ser el anatema responsable de haber arrastrado al ‘Rojo’ hacia la debacle económica y deportiva.
La controversia se volvió a encender en el 2019, al darse a conocer la nueva indumentaria del equipo, creada por la marca Umbro. El retiro del diablo generó indignación entre los hinchas que se quejaron por la decisión de los directivos de renovar el tradicional escudo. En el 2020, en plena pandemia, con quince estrellas en su escudo, se desterró el significado maléfico que muchas personas le otorgan a la efigie del diablo y lo considera simplemente un logo-símbolo, figurativo e inane, sin ninguna connotación esotérica.