El consumo de sustancias psicoactivas en Colombia es un problema crítico, no solo por el aumento sistemático en la producción, sino por el incremento en el consumo e nuestro país, el cual genera repercusiones en la salud pública y en la sociedad.
Y para muestra de o anterior, los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas con corte a 2019, dejan entrever el grave problema que hay en el país debido al auge de los estupefacientes entre ciudadanos, cada vez más jóvenes.
Señala el estudio que 2,3 millones de personas (el 9,7% de la población entre los 12 y 65 años) han consumido sustancias ilícitas en algún momento de su vida y que hay más hombres que mujeres que dicen haberlo hecho. Se indica igualmente que la marihuana continúa siendo la sustancia ilícita de mayor consumo en Colombia, la cual fue declarada por el 2,7% de los encuestados, que equivale a 637.000 personas; asimismo, dice el informe que la cocaína es la segunda sustancia ilícita de mayor consumo en el país de la que se estima que 136.000 personas entre los 12 y 65 años (el 0,6% de los encuestados) la consumieron en el último año.
La encuesta hace poca referencia a las llamadas drogas sintéticas, cuyo consumo se ha venido extendiendo en los centros de mayor población de nuestro país. En tal sentido, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad), viene advirtiendo desde hace varios años sobre el surgimiento de nuevas sustancias psicoactivas sintéticas y que infortunadamente llegan a Colombia de forma expedita.
Para contextualizar esta información, es básico decir que las nuevas drogas o drogas emergentes son aquellas naturales o sintéticas, fiscalizadas o no, que se introducen en el mercado o que tienen nuevas formas de presentación, consumo o adulteración. También, aquellas que presentan cambios bruscos en sus patrones de consumo, que resurgen o cuyo uso aumenta después de haber sido históricamente bajo. En este campo, según estudios del Ministerio de Salud, en Colombia se han detectado alrededor de 24 nuevas sustancias sicoactivas
Preocupante desde todo punto de vista que la ‘creatividad’ y ‘sapiencia’ de muchos ‘expertos’ se ponga al servicio del nefasto mercado del narcotráfico, un mercado más moderado que el de reconocidos alucinógenos como la cocaína, la heroína o la marihuana. Este mercado busca por su puesto a los jóvenes, filtrándose en el entorno de los muchachos, quienes fácilmente caer dentro de él en sitios de diversión nocturna, colegios, universidades y hasta en grupos cerrados apoyados por las redes sociales.
Ante esta perspectiva, tenemos que decir que no se puede mantener en el ámbito puramente judicial un asunto que toca de manera grave al núcleo familiar. El consumo de estupefacientes por parte de la juventud, con sus catastróficas variantes hacia el vicio, la delincuencia y la violencia de todo tipo, merece una respuesta cierta y consciente del Estado, en este caso, de las autoridades municipales, que dé a la población entera la tranquilidad de que, más allá del operativo y los arrestos (muchas veces de solo unas horas) de delincuentes menores, se está pensando en estrategias multidisciplinarias para salvaguardar a los jóvenes de este tipo de peligros.
Es importante analizar los factores de tipo sicosocial que influyen en el aumento del consumo de drogas, para establecer políticas públicas, que, a pesar de ser costosas, son fundamentales para generar un cambio, que beneficie la sociedad. Diariamente al movilizarnos podemos observar cómo muchas personas consumen, las encontramos en parques, semáforos o esquinas de la calle, siendo una constante, pero no por eso, debe ser considerada como algo “Normal en nuestro vivir”.