Victoria en Boyacá no significó la emancipación definitiva

Hubo otros sucesos independentistas en otras regiones de Colombia, pero no necesariamente vinculados al 7 de agosto en Boyacá.

Por: María Alexandra Méndez Valencia

Especial para EL NUEVO LIBERAL

Bolívar sobre su caballo Palomo, en plena campaña liberadora.

Cuadro en el que se representa una escena de la Batalla de Boyacá .

Cuadro que muestra una escena de la Campaña del Sur.

Desde el primer momento, la preocupación fundamental de Bolívar fue crear en el ánimo de los santafereños y de todos los granadinos la conciencia de que el triunfo en Boyacá no significaba el fin de la guerra, sino un primer y afortunado paso para alcanzar la victoria final.

Por eso, nunca llegó en su entusiasmo hasta atribuir públicamente a esta acción el carácter decisivo que ella tenía para el conde de Cartagena, por ejemplo, quien al enterarse de la derrota de Barreiro y la toma de Santa Fe, escribió al gobierno de Madrid en los siguientes términos:

“El sedicioso Bolívar ha ocupado Santa Fe y el fatal éxito de esta batalla ha puesto a su disposición todo el reino y los inmensos recursos de un país muy poblado. Bolívar en un solo día acaba con el fruto de cinco años de campaña, y en una sola batalla reconquista lo que las tropas del rey no ganaron en muchos combates”.

Sin descanso, activo, pensando en neutralizar una nueva contraofensiva monárquica o un nuevo intento de reconquista, Bolívar ordenaba movimientos de tropas hacia una y otra provincia en procura de darles alcance a las fuerzas del Rey que habían huido. De esta manera, fueron alcanzadas unas en cercanías de Popayán y otras en Cúcuta. Al mismo tiempo, nombraba representantes del poder civil en cada provincia.

Con visión de justicia, Bolívar dejó en libertad a todos los soldados del Rey, aceptando en el ejército libertador a todos ellos que lo deseasen. Pero al mismo tiempo, sometió a prisión a Barreiro y a treinta y ocho de sus principales oficiales, con los cuales intentó un intercambio de prisioneros con el Virrey: “individuo por individuo, grado por grado, empleo por empleo”. Si se aceptaba el canje, se cambiaba primero la oficialidad y tropa inglesas, prisioneros en Portobelo en la derrota de Mc Gregor; segundo la oficialidad y tropas prisioneras en Santa Marta y Cartagena, y tercero los paisanos condenados a presidio por sus opiniones y tendencias patriotas”.

La propuesta se malogró por la actuación de Santander, que en ejercicio desmedido de su poder, cedido ante la ausencia obligada de Bolívar para atender los asuntos de la guerra, ordenó sin justificación alguna, y en condiciones totalmente injustas, el fusilamiento de los mismos. Tal fue el despropósito, que la medida fue criticada en las Antillas, y en Venezuela, no fue publicada en los archivos de los actos públicos, y Bolívar la deploró por inhumana.

La independencia en otras regiones

Hubo otros sucesos independentistas en otras regiones de Colombia, pero no necesariamente vinculados al 7 de agosto en Boyacá.

Algo que hay que entender en el proceso de independencia de Colombia es que, tras la Batalla del Puente de Boyacá, la libertad no se irradió mágicamente al resto del país, y los españoles no salieron inmediatamente del territorio e iniciamos a dar pasos como nación unificada desde ese día.

Regiones como los actuales: Santander, Antioquia, Nariño, Cartagena, Tolima, Valle y Cauca aún estaban bajo el dominio de la corona española. Hay que incluir las luchas que se dieron en otras zonas de Colombia para entender la Independencia como un todo.

Santander. Contribuyó activamente al proceso de Independencia no solo poniendo hombres y recursos directamente al ejército libertador, sino que también un levantamiento popular el 4 de agosto de 1819 evitó que tropas de refuerzo llegaran al ejército realista en Boyacá. De haberse logrado, habría sido un desastre difícil de recuperarse para el ejército libertador. Solo hasta tiempos recientes se comienza a darle su puesto a este levantamiento conocido como Batalla de Pienta.

Caldas. Un mes después de la Batalla de Boyacá, en la región que posteriormente se conoció como el Gran Caldas (Quindío, Risaralda y Caldas), se presentó la llamada ‘Insurrección de los negros’, donde los esclavos de la gran cantidad de minas de oro de la región huyeron hacia la región llamada del Cerrito, actual Pereira.

Antioquia. La derrota de las tropas españolas se dio hasta febrero de 1820 durante la llamada Batalla de Chorros Blancos, cerca del actual municipio de Yarumal. Allí la figura definitiva en las huestes patriotas fue José María Córdova. Esta permitió la salida de los realistas de las sabanas de Corozal que era ruta de abastecimiento de ese ejército en la Costa Caribe.

Tolima Grande. Desde 1815 las provincias de Mariquita y Neiva se declararon independientes. A pesar de esto, el embate de las tropas de la Reconquista de Pablo Morillo fue desmedido, llevando el horror a la región con la toma de Neiva y Honda en 1816.

Chocó. En lo que hoy es el municipio de Vigía del Fuerte, actual Antioquia, pero antes perteneciente al Chocó, en aquel entonces se llevó a cabo la Batalla de Murrí, donde las tropas patriotas defendieron una posición, equipada con cuarenta soldados, un cañón grande y cuatro pequeños. Además, contaron con la ayuda de los indígenas de la región para librar el combate que duró diez días.

Cauca. Con la llegada de Morillo y el apoyo que recibió desde Pasto, Popayán fue rápidamente retomada por los realistas, y rápidamente recuperada para el bando patriota tras la decisiva Batalla del Puente de Boyacá en agosto de 1819. Sería entonces cuando Popayán continuaría de nuevo con su trabajo de apoyo y punto estratégico a los ejércitos patriotas. Fue así que en 1821, cuando Bolívar emprendió la llamada ‘Campaña del Sur’; éste permaneció en Popayán mientras reforzaba su ejército y reunía a los hombres con los que seguiría su camino hacia Pasto, Ecuador y Perú.

Estos son solo algunos ejemplos de que la Independencia no fue un hecho de solo un día y de un solo ejército. Mucho menos que solo se deba adjudicar el triunfo militar a un determinado grupo étnico, sociocultural o de edad. Mujeres, jóvenes, afros, indígenas, campesinos, adultos y ancianos de todas las regiones de la actual Colombia (sin dejar de lado a Ecuador, Venezuela y Panamá) contribuyeron al proceso de emancipación. Fue el inicio de un difícil camino como nación, que cada día implica retos mayores como sociedad.




Bolívar decretó la conformación de Colombia

El 20 de septiembre, una vez impartidas las medidas que disponían atender de manera adecuada la educación de los niños, anular algunos tributos y ordenar las rentas, disponer el reforzamiento del ejército, enviar dinero para comprar armas y muchas otras medidas que dan cuenta de su capacidad como estadista, Simón Bolívar parte de Santa Fe hacia Venezuela para llegar a Angostura el 11 de diciembre.

En la capital de la guerra que llevaría la libertad a los venezolanos, Bolívar apenas tomó un día de descanso, para enfrascarse en las labores con los congresistas de Angostura. Los debates daban cuenta del plan de guerra que debía aplicarse de inmediato, a la par que explicaba la necesidad de unir en un solo país a Venezuela, Santa Fe y Quito con el nombre de Colombia.

La propuesta, sustentada ante los congresistas y validada por la inmensa gesta de la cual regresaba el Libertador, fue avalada sin reparos. De esta manera el 17 de diciembre de 1819 se dictó el decreto que así lo estipulaba.

En desarrollo de su concepción avanzada, Bolívar produjo el proyecto político más original y democrático del continente, inclusive más progresista que lo propuesto por el liberalismo europeo y el estadounidense, y trabajó por el hasta su muerte, quedando inconcluso en cuanto a su aplicación, debido a la oposición, al saboteo, y la agresión que, en defensa de sus privilegios, hizo la élite, apoyada por las clases dominantes de Inglaterra, Francia y Estados Unidos. De todas maneras, contribuyó a enriquecer el ideario de avanzada en todo el mundo, particularmente de América de la cual forma parte sustancial.