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    Una historia por el derecho a una mejor audición

    Procedimiento quirúrgico y estético le dio un giro total a la vida de un pequeño empresario payanés que nació con microtia.

    Víctor Hugo Muñoz, es un microempresario que trabaja día a día en su propio negocio de venta de accesorios para motocicletas. / Fotos Alexander Paloma-El Nuevo Liberal

    Harold Astaíza Velasco

    “Cuando era niño y comenzaba el descanso me hacía en un lugar apartado o no salía porque sabía que me iban a hacer bullying”, recuerda Víctor Hugo Muñoz, un microempresario payanés que nació con una mal formación del sistema auditivo llamada microtia grado 3.

    Víctor Hugo trabaja desde los 18 años, por esa época necesitaba la licencia de conducción y nunca le daba problema obtenerla pero con el transcurrir del tiempo las normas para renovar el documento se hacían más exigentes y por eso hace 10 años, lo condicionaron para entregarle nuevamente la licencia y fue allí cuando a través de la EPS comenzó su lucha por visibilizar más esa condición y exigir su derecho a una mejor audición.

    En ese momento, tuvo que conseguir un informe médico que se lo dio un médico especialista, otorrinolaringólogo. Además inició el proceso para que le hicieran un procedimiento quirúrgico y estético ya que padecía grado 3 de microtia del lado izquierdo y atresia, es decir, ausencia de la oreja externa con una pequeña estructura de vestigio de maní y falta del canal externo de oreja.

    Cuando parecía que iba a encontrar solución en la EPS, le informaron que se extraviaron los exámenes y demás papeles que registraban todo su proceso para acceder a la cirugía, sin embargo, Víctor estaba preparado con copias de todo y al final un comité científico le autorizó el procedimiento médico en la ciudad de Cali.




    Víctor Hugo narra que en su juventud usaba el pelo largo pero no por moda sino para ocultar su malformación y así evitar que lo molestaran y cuestionaran. No obstante, una chica lo aceptó tal como era y le dijo que se cortara el cabello, fueron tan poderosas esas palabras a su autoestima que así lo hizo y cuando le colocaron su implante llamado Vistafix “fue un cambio extremo”. Hoy en día disfruta de su tercer implante porque debe ser cambiado por el desgaste.

    El implante de Víctor es un anclaje que se basa en el sistema Branemark, el único método de integración del tejido que ha ofrecido un tratamiento reconstructivo.

    De los cuatro grados de microtia el tres es el más común, en el que el único rasgo que permanece es un remanente de lóbulo de la oreja con forma de maní pequeño. La microtia de grado 3 algunas veces se llama “microtia tipo lobular”. El canal auditivo normalmente está ausente por completo (atresia auricular).

    Trabajo en redes sociales

    Hace 10 años Víctor Hugo abrió un perfil de Facebook para gente en esta situación y le llamó Microtia Colombia. “Se creó esta página sin voluntad de nadie, para las personas que cuentan con microtia, de igual forma para hacer amigos, llevando un mensaje de los avances médicos de cómo tratar esta malformación; cuento con un implante llamado Vistafix y rehabilitación de mi audición con sistema Baha el cual se está implementando en Colombia”, dice en parte de la información del perfil.

    El implante del que habla Víctor es un anclaje que se basa en el sistema Branemark, el único método de integración del tejido que ha ofrecido un tratamiento reconstructivo a pacientes con deformación total o parcial. Este procedimiento incorpora lo oseointegrado, la capacidad del tejido vivo al integrarse con el titanio.

    El sistema Baha consta de un procesador del sonido que se une a un pequeño implante de titanio que se coloca el hueso detrás de la oreja. Funciona a través de la “conducción ósea”. El hueso actúa como un paso para el sonido y este va directamente hacia el oído interno. Esto significa que no importa si el oído externo o medio no funcionan normalmente.

    La página en Facebook y más recientemente un grupo de Whatsapp han servido para que las personas con microtia se integren y cuenten sus experiencias personales y médicas, además comparten información alrededor de este padecimiento del cual no se tiene certeza su origen.