Tiberio Zúñiga se destacó por su vocación de servicio

El abogado influyó de una manera positiva en el Cauca por el rol que cumplió después del terremoto de 1983 de Popayán y la conformación del Club de Leones. 

Tiberio Zúñiga Díaz es recordado por sus familiares como un hombre cariñoso y un excelente esposo, padre y hermano. / Suministradas – El Nuevo Liberal

Eliana Gómez Hurtado

“Lo recuerdo como un padre muy cariñoso, que nos inculcó muchos valores y que nos desarrolló el amor hacia la lectura”, con estas palabras Hilda se refiere a su padre Tiberio Zúñiga Díaz, quien falleció el pasado 12 de julio de 2018 en Popayán.

Tiberio Zúñiga Díaz fue abogado de la Universidad del Cauca.

Zúñiga destacado por su vocación de servicio a la comunidad, nació en 1922 en el municipio de Bolívar, sur del Cauca, lugar donde cursó la primaria y pasó su niñez. Luego se fue a estudiar el bachillerato en el Liceo de la Universidad del Cauca, donde hoy en día funciona la Facultad de Derecho. Años más tarde adelantó sus estudios en Derecho en esta misma institución. “Allí obtuvo las máximas calificaciones en toda su carrera. Era muy brillante en el estudio”, comentó Hilda Zúñiga, su hija mayor.

Por sus ideas políticas liberales y liderazgo estudiantil, Tiberio Zúñiga sufrió persecución por parte del gobierno conservador, por lo cual estuvo en peligro de muerte en más de una ocasión.

Desde muy joven incursionó en la política y fue así como logró ser concejal de Bolívar y de otros municipios del sur del departamento; luego fue secretario de Gobierno y de Hacienda del Cauca y además gerente de la Industria Licorera.

También fungió como representante a la Cámara durante dos periodos por el partido Liberal; uno de ellos durante el gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo. “Desde el Congreso siempre se preocupó por ayudar a los municipios del sur de la región y fue así como gestionó recursos para la construcción de algunas vías, acueductos y escuelas de esta zona del país; de tal manera que cuando uno salía a la calle con él, en aquella época era impresionante la cantidad de gente que se le acercaba a saludarlo y a agradecerle por su trabajo”, enfatizó su hija mayor.

También fue docente de la facultad de Derecho de la Unicauca. “Yo recuerdo cuando él se levantaba a las 5:00 a.m. a preparar sus clases. Tenía una gran biblioteca de autores chilenos y franceses que son los más importantes del derecho civil y él estudiaba todos esos textos para preparar sus clases”, puntualizó Zúñiga.

Tiempo después tuvo que retirarse de esta labor porque padeció de una tos crónica que no le permitió continuar con su rol como docente. También integró el Consejo superior de la Universidad del Cauca, “amaba mucho a la universidad”.

Otra labor para destacar fue el papel que desarrolló con los damnificados del terremoto de 1983 en Popayán, donde a través de una fundación luchò por conseguir condiciones más favorables para el pago de los créditos hipotecarios que tuvieron que solicitar los damnificados para reconstruir o reparar sus inmuebles. Finalmente con el apoyo de Julio César Payán, Gerardo Bonilla Fernández, Luis Rubio y los parlamentarios caucanos lograron que la situación se mejorara en favor de los afectados de esta emergencia.

De igual manera, perteneció al Club de leones por un tiempo de 60 años, en donde gracias a su trabajo cívico logró llevarse todas las condecoraciones que otorga este club. También fue uno de los socios más antiguos que quedaba.

Hilda gozó del aprecio y cariño de su padre y lo recuerda como un excelente esposo, padre y hermano, “incluso fue muy querido por toda la familia y se sentía muy orgulloso porque todos sus hijos se superaron profesionalmente”.

Tiberio Zúñiga fue padre de cuatro hijos; tres mujeres y un hombre. El nombre de su esposa era Alba Teresa Tovar quien falleció en el 2002. Él partió de este mundo a sus 96 años.