Takeshi, en entrenamiento para regresar con su familia


Después de cuatro meses en los que este perro de raza akita inu estuvo alejado de sus dueños mientras permanecía en el Centro de zoonosis de Popayán, luego de haber atacado a un menor, la Secretaría de Salud lo entregó a una guardería donde lo están entrenando para volver a su hogar.

Redacción fin de semana

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Él es Takeshi, un perro akita inu quien el pasado 31 de diciembre salió del Centro de zoonosis de Popayán hacia una guardería para ser entrenado y retornar a su hogar. /Fotografía: Archivo Particular

El Juzgado Séptimo Administrativo del Circuito de Popayán dio respuesta a la tutela interpuesta por el caso Takeshi, un perro de raza akita inu que a finales del mes de agosto fue decomisado, castrado, y llevado al Centro de zoonosis de la ciudad por haber atacado a un menor dentro de las instalaciones de un conjunto residencial de esta capital.

El fallo que da este Juzgado sobre la tutela en la que se acusaba a la Secretaría de Salud municipal haber hecho un mal procedimiento, y pedía entregar al perro a una fundación animalista o a sus legítimos dueños, falló a favor de la dependencia municipal, siendo esta la encargada del futuro de Takeshi.

En diálogo con Iris Santiago Sánchez, secretaria de Salud de Popayán, indicó que la respuesta definitiva de esta tutela indica que “el procedimiento que realizamos fue correcto y solo nosotros podíamos determinar el futuro del perro”. Fue así como el pasado 31 de diciembre y en acuerdo con la familia, se buscó una guardería autorizada por la administración municipal, para que el perro sea entrenado.

“Sacrificarlo nunca fue una opción, además el perro se portó muy bien en el albergue; sin embargo Takeshi está en entrenamiento para que sea más obediente, además el entrenamiento ayuda a las dos partes, porque la familia tiene que tener la dominancia, ese es el objetivo. Cuando el perro muestre sus cambios podré autorizar que vuelva a su casa, incluso he pedido que puedan tenerlo en otro sitio porque lo que se ha identificado es que Takeshi se estresa fácil y es impredecible que vuelva o no a atacar”, explicó la secretaria de Salud.

De acuerdo al fallo en segunda instancia proferido por el Juzgado Séptimo Administrativo del Circuito de Popayán, la Secretaría de Salud municipal no hizo un mal procedimiento con el caso Takeshi, y ella era la única autoridad para decidir su futuro.

De igual forma se conoció que Takeshi tiene permanente contacto con su familia, y que la tenencia de esta mascota por parte de ellos se realizará evaluando el comportamiento del canino y las recomendaciones especiales que se dieron, entre ellas. “no volver a tener las mismas condiciones que generaron la conducta, es decir: el perro no puede estar más encerrado ni en un conjunto ni en otro lugar donde no se pueda mover libremente”, añadió Santiago Sánchez.

El 30 de agosto Takeshi fue decomisado por haber atacado a un menor. Luego de cuatro meses salió del Centro de zoonosis a una guardería para ser entrenado.

De igual forma, la funcionaria señaló que previo a la entrega del perro a la guardería, ellos lo llevaron al veterinario, pasó por varios exámenes médicos, se entregó limpio y en excelentes condiciones.

En contexto

A finales del mes de agosto en Popayán y a nivel nacional el caso de Takeshi fue tendencia, pues según algunos titulares de medios de comunicación, el perro se “sometería a muerte sin el debido proceso”, por redes sociales la ciudadanía y organizaciones animalistas reaccionaron frente a esta situación y criticaron la forma como se hizo el procedimiento de incautación.

“Se desplegó el operativo para la captura del animal con una orden de matarlo, mal llamada “orden eutanásica”, pues no se hace para evitarle un sufrimiento al perro ni bajo su voluntad. El niño y sus padres, los cuidadores de Takeshi, estaban devastados. Sin conocimiento legal aceptaron por miedo a las consecuencias jurídicas que su perro fuera incautado y sometido a la muerte”, indicaron en Las Dos Orillas.

Según los alegatos de la comunidad, la raza akita inu a la que pertenece Takeshi, no está contenida en el Código de Policía como potencialmente peligrosa, además él no tenía problema de agresividad y era la primera vez que agredía a alguien como para sentenciarlo a la eutanasia, incluso se habló de un mal procedimiento hecho por la Secretaría de Salud municipal.

Debido a eso, los dueños de Takeshi instauraron una demanda contra la secretaria de Salud Municipal por mala praxis y crueldad, la cual, luego de cuatro sentencias, el fallo en segunda instancia señaló que de acuerdo a lo planteado por la Corte Constitucional en la sentencia T-454 de 2017, se recurre “al proceso policivo cuando la controversia se trata de la tenencia o posesión de un bien o la tenencia de mascotas que perturben la convivencia”…

…“al tratarse de una controversia que ha perturbado la convivencia entre los habitantes del conjunto residencial como lo expresa el Código de Policía, hay comportamientos que ponen en riesgo la seguridad de las personas y la convivencia entre las mismas, como lo es que la mascota de una persona ataque a otra infringiéndole lesiones permanentes o de cualquier tipo, situaciones que deben ser de conocimiento y manejo de la policía nacional, de la inspección de la policía y como lo es en el presente asunto por la Secretaría de Salud del municipio de Popayán, según sus atribuciones legales”.

De ahí que Takeshi haya podido salir del Centro de zoonosis hacia una guardería para ser entrenado, y de acuerdo a los resultados de su entrenamiento y al trabajo con su familia para una tenencia responsable, podrá regresar a su casa.