Reflexiones citadinas

CARLOS CAÑAR SARRIA webCARLOS E. CAÑAR SARRIA

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Primera. En el presente mes será elegido el nuevo rector de la Universidad Colegio Mayor del Cauca. Institución universitaria que requiere con urgencia asumir nuevos liderazgos a nivel regional. Los miembros del Consejo Directivo tienen la responsabilidad de escoger la mejor opción dentro del grupo de los aspirantes, para que no se vuelva a presentar el problema de inhabilidades como sucedió con la designación de la rectora anterior, lo que no ha estado exento de traumatismos administrativos.

En la presente ocasión, la aspiración del Magister Orlando Montenegro Sánchez ha sido bien recibida de parte de la comunidad universitaria y en la opinión pública en general. Montenegro Sánchez es un hombre curtido en la administración universitaria, con experiencia en esta actividad de 21 años, con resultados exitosos. Posee una brillante Hoja de Vida: Administrador de Empresas con postgrados en Administración Financiera, Alta Gerencia, Gestión Universitaria, Liderazgo Universitario, Maestría en Administración de Empresas, etc., estudios realizados en universidades nacionales y extranjeras.

Segunda. El caos vehicular en Popayán se hace incontrolable. El problema se acentúa en el centro histórico, no sólo en las denominadas horas pico sino en cualquier momento del día. La movilidad es supremamente lenta y complicada. Mucha indisciplina de parte de los conductores de busetas, hacen pares en cualquier lado, exceden la velocidad tras la guerra del centavo, contaminan el ambiente por los gases que emanan los vehículos, etc. Transitar el centro histórico es una tarea extenuante y hay que valerse de mucha paciencia. Las medidas de restricción de circulación de vehículos no dan resultados efectivos y es posible que existan otras razones mediante las cuales se pueda explicar el problema, como por ejemplo los trancones que produce la peatonalización del centro histórico, peatonalización que ha insistido en considerar inconveniente el escritor Jaime Vejarano Varona y que muchos le damos la razón. El centro histórico de Chiquinquirá no tiene calles peatonalizadas, por sus calles de adoquines circulan los vehículos sin problema, ya que los peatones tienen amplios andenes para transitar.

Segunda. Cuando se procede a aplicar medidas de cultura ciudadana, todos los habitantes debemos estar prestos a asimilar esa pedagogía que se traduzca en cambio de actitudes de parte de la ciudadanía. Transportadores públicos, conductores de vehículos particulares, motociclistas, ciclistas y peatones, todos debemos adaptarnos a este proceso de enseñanza-aprendizaje. Que sepamos, en la ciudad no se han aplicado con éxito campañas educativas y preventivas de respeto a las señales y normas de tránsito, que implique una profilaxis antes que recurrir a castigos como los comparendos y las multas. En otras palabras, no se debe circunscribir la pedagogía al castigo, éste será inevitable pero después de las medidas pedagógicas.

Lo que se observa es el comportamiento represivo de las autoridades de tránsito, como el caso de las grúas que no pierden la oportunidad de alzar los vehículos mal parqueados; en muchas ocasiones pasan horas y no se ve un solo policía de tránsito por ningún lado para que contribuya a agilizar la movilidad o cuando se presenta un accidente o problema de tránsito, pero cuando se trata de las grúas, éstas aparecen de manea supremamente rápida. El negocio de las grúas es prontamente efectivo.

Tercera. Encontramos no pocas incoherencias en la administración municipal relacionadas con el tránsito y la movilidad, como por ejemplo, fomentar el uso de la bicicleta pero no se ve esfuerzos por implementar ciclo vías; prohibido parquear o estacionar por todo lado pero no hay parqueaderos, porque los existentes son insuficientes. Día de la bicicleta pero se convierte en día sin carro particular y sin bicicletas. Al respecto, nos parece acertada la inquietud del columnista Nelson Paz Anaya en el sentido de que: “¿Realmente para qué sirve un día como estos en Popayán? Todos los servicios se disminuyen, se aumentan los inconvenientes, se disminuye el comercio, la ausencia laboral y estudiantil tiene disculpa, se benefician quienes menos aportan al bienestar ciudadano y a cuatro y cinco personas que como yo, montamos bicicleta, pero que no podemos llegar sudados a nuestro servicio”, recalcó Paz Anaya.

Semáforos ubicados en sitios innecesarios y carencia de los mismos en sectores donde se amerita. Sigue el problema de la mala señalización de las vías, en algunas partes se confunden las viejas con las nuevas señalizaciones, situación que desorienta a los conductores y produce accidentes.

Cuarta. No se ve mantenimiento de vías y calles de la ciudad, huecos por todas partes, lo cual se presta para aumentar la accidentalidad al tiempo que deteriora los vehículos, además de afectar la estética, problema de nunca acabar. La proliferación de huecos y cráteres desdice de una ciudad decente. La Secretaría de Infraestructura no se siente en este sentido. Entendemos que la administración municipal apenas está despegando, pero ya va siendo tiempo de sentir los cambios que requiere la ciudadanía.