Hay que inculcarles a los niños aquello de: «respetar a los mayores en edad, dignidad y gobierno». Lección que tiene varias lecturas. Respetar a los mayores, porque luego nos toca a nosotros y porque, una persona que respeta, es respetada.
Dignidad, reconocimiento de las personas para merecer respeto. Todos merecemos respeto sin importar como somos. Tolerando las diferencias, reconocemos la propia dignidad del individuo, es decir, que tenemos un buen equilibrio emocional. Comprendamos que hay gobernantes que tienen merecimientos de sus gobernados, y otros no, pero al fin y al cabo, todos dignos de respeto, especialmente la persona por estar dotada de razón, voluntad libre, y provista de una responsabilidad personal.
De otra parte, existe eso que llaman, “la dignidad del cargo” cuando se ocupa un puesto público: responsabilidad que lleva consigo acometer distintas tareas, teniendo en cuenta, en todo momento un código de conducta muy estricto.
Reflexionando sobre nuestra realidad política, no es tarea sencilla. A veces no comprendemos los acontecimientos que a diario se producen, ni la conducta de nuestras autoridades y sus decisiones. No somos consecuentes con la tarea de formar y consolidar las instituciones sociales y políticas creadas por la Constitución. No es un desafío fácil o sencillo. Se requiere de los mejores, de talento, con la mejor formación académica y moral. Claro que, el acceso a los cargos de relevancia por cuenta de ineptos y oportunistas, provoca una profunda degradación de conceptos, de los valores sociales y republicanos. La confusión, es tal, que gobernantes e iracundos gobernados, se olvidan que los cargos que ostentan constituyen dignidades y no simples empleos.
Popayán ha sido cuna de próceres de la independencia que ayudaron a fundar la República. Pero con orgullo patojo y de caucano, reconozcamos que aún seguimos alcanzando eminencia con nuestros líderes en los poderes: ejecutivo y legislativo.
En el legislativo, poder que hace leyes y las modifica, que regula en nombre del pueblo los derechos y las obligaciones en consonancia con las disposiciones constitucionales, ejerce hasta el próximo 20 de julio, investido de una incuestionable autoridad que le otorga la representación de Presidente del Congreso de Colombia, el Dr. Luis Fernando Velasco Chávez. Payanés caracterizado por su liderazgo. Abogado de la Universidad del Cauca, con varias especializaciones Prefirió la carrera política desde 1988, siendo Concejal de Popayán, Alcalde de su ciudad natal, Popayán. Presidente de la Comisión de Paz y Dialogo Regional del Cauca con éxito durante el proceso de paz con el M-19, y el movimiento Quintín Lame. Representante a la Cámara por el Departamento del Cauca en dos periodos 1998-2002 y 2002-2006 y Senador de la República 2006-2010 y 2010-2014. En el año 2014, escogido como uno de los mejores Senadores del país, obteniendo su reelección para el periodo 2014-2018. Casado con la señora, Ingrid Salazar de cuya unión matrimonial hay una hija llamada Manuela Velasco.
Al terminar su período como Presidente del Congreso, Senadores de diferentes partidos, le reconocen a Luis Fernando Velasco, su excelente desempeño durante esta legislatura, sumándose también, la oposición, resaltando las garantías que les dieron desde la Presidencia del Congreso. Luis Fernando está hecho para la política, porque sabe volar.